El fin del barril "criollo", que valÃa bastante menos que el barril internacional, redundará en una suba de hasta 30 por ciento en las naftas en los próximos meses. Pero hay algo más importante: esta situación empodera a las petroleras no sólo a manejar precios al alza, sino a evitar las bajas.
Ahora sÃ, sin barril criollo, deberán explicar por qué, cada vez que baje el precio del crudo en el mundo, eso no se verá reflejado en la Argentina. Es decir, se dispuso un esquema de autoregulación que estará atado sólo a la demanda y usando el precio internacional exclusivamente para aumentar, no para bajar en el caso que deba darse.
En el proyecto de ley ómnibus, se detalla que las empresas en toda la lÃnea de produccion pueden manejar sus precios libremente, de lo que se deduce que queda en desuso el barril criollo, que fue un acuerdo entre privados que empezó cuando Axel Kicillof era ministro de EconomÃa de la presidencia de Cristina Kirchner.
Para graficar de que se trata, hay que comprender que el precio de la nafta refleja el precio que el downstream (la rama surtidores de las petroleras) le paga al upstream (la rama productora de las petroleras). En el caso de YPF, son las mismas empresas, ergo, no tenÃa problemas salvo en una pequeña parte que le compraba a terceros.
En el caso de Raizen Shell, en tanto, que compra el 100 por ciento de lo que refina y vende a otros productores, sà se complica. Es que el barril criollo cotiza actualmente en 60 dólares, contra algo más de 80 que se paga mundialmente el petróleo Brent, el de Londres, que se toma como referencia en Argentina.
Fuente: Página 12
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