La mayoría de las reservas incorporadas por YPF en el año 2013 no provienen de pozos y de yacimientos nuevos. Es más, en muchos casos se trata de recursos que hace mucho tiempo están en el subsuelo. Dentro de los cuadros que detallan las certificaciones de la compañía, se detalla el ítem "revisiones de estimaciones anteriores", que representan tanto para gas como para petróleo el grueso de las incorporaciones.

Según explicó el propio Miguel Galuccio, se trata de viejos yacimientos que, a la luz de los nuevos precios de los hidrocarburos y las perspectivas de inversiones en recuperación secundaria que tiene YPF para los mismos, vuelven a tomar valor y pueden ser recuperados como reservas.

Es una señal de los tiempos cambiaron y que la compañía estatal no mira tanto la renta que produce una perforación sino más bien la potencialidad para producir petróleo y gas.

El caso emblemático probablemente sea el del Octógono Fiscal, donde la compañía estatal explora nuevos horizontes. Se trata el área más vieja de la provincia, donde se realizó el primer pozo. Ahora, con trabajos de estimulación, se convirtió en el caballo de batalla de la empresa.

TRIANGULACIÓN DE DERECHOS

Aunque en la formalidad se encontraba aprobado, se publicó ayer el decreto provincial que autoriza a YPF a desprenderse del 50% de los derechos sobre el área Loma Campana y cedérselos a otra compañía de su pertenencia.

Se trata de la punta del ovillo de una compleja ingeniería legal que se montó para otorgar a Chevron las garantías de la sociedad y evitarle embargos por sus causas en Ecuador. Fue a su vez una condición para que ingresaran al país los 940 millones de dólares que faltaban del acuerdo para explotar una porción de Vaca Muerta en esta provincia.

La cesión de derechos es un mecanismo habitual en la industria. Cuando se realizan acuerdos de este tipo, el operador de un área le transfiere parte de la misma a su socio a modo de garantía.

El decreto 2420, fechado en 2013 pero publicado recién ayer en el Boletín Oficial, remarca que la petrolera estatal creó una empresa subsidiaria, Compañía de Hidrocarburo No Convencional (CHNC), a la que le cedió el 50% de los derechos de Loma Campana y con la cual firmó una UTE. La idea es que, en caso de requerirlo, Chevron pueda comprar el paquete accionario de CHNC y quedarse así con esa mitad del área.

Para eso, se creó un sistema de preferencia a través de una prenda con una cuarta empresa involucrada, también de YPF, cuyo nombre se mantiene en reserva. Esta firma estaría radicada en Estados Unidos, donde la transferencia podría hacerse sin problemas.