La comparación más obvia para el área Bajo del Piche, en Río Negro, es que se parece a un queso gruyer. Aloja 76 pozos convencionales de los cuales sólo 26 están activos. Producen en su conjunto 70 metros cúbicos día de petróleo, pero también una cantidad de agua que multiplica varias veces esa cifra. Es la típica imagen de un yacimiento antiguo, ya casi sin actividad. Apenas se ven equipos de trabajo.

Todo eso puede cambiar para este bloque. Según informaron a "Río Negro Energía" fuentes de YPF, la empresa realizará en el corto plazo un pozo exploratorio para revitalizar la zona. El objetivo será la formación Sierras Blancas, la nueva estrella rionegrina.

Esta dura capa geológica, ubicada a más de 2.000 metros de profundidad, despierta la atención de la gestión estatal de la compañía. Hacia allí apuntó sus naves en el área Los Caldenes, que esta semana fue visitada por Miguel Galuccio y los pesos pesados del gabinete nacional. Apenas punzaron el pozo X2, que produce unos 40 metros cúbicos día de petróleo, se sorprendieron por la surgencia pero sobre todo por la alta concentración de hidrocarburos, que es del 88%. Sólo el 12% corresponde a agua, una cifra por debajo del promedio de Río Negro.

Tanto Los Caldenes como Bajo del Piche son las dos apuestas de YPF en esta provincia. Se trata de una política adoptada a nivel nacional: se desempolvan viejos proyectos y se hacen relecturas de sísmicas antiguas para ver la posibilidad de revivirlas. Y estas dos, por ahora, se llevan todos los números.

El caso de Los Caldenes resulta paradigmático. La actividad se inició aquí en 1992, con un pozo evaluatorio que fue abandonado. Recién se retomó la actividad en 1998 con otras dos perforaciones. Una de ellas se detuvo en la formación Sierras Blancas y, previa fractura, se puso en producción hasta abril del 2002, cuando el corte de agua dejó de hacerlo rentable.

Hubo que esperar doce años para que se retome la actividad, con la perforación del X2, pozo descubridor que permitió calcular la existencia de 15 millones de barriles bajo tierra. Por estas horas, deja entre 38 y 40 metros cúbicos de petróleo bruto por día. El mismo se separa en la planta de acondicionamiento de crudo de Medanito y desde allí se inyecta a los ductos que maneja Oldeval.

Si bien el pozo tiene surgencia propia, se optó por un aparato de bombeo de 192 pulgadas. Ahora, según anunció Galuccio, se realizarán otros 25 pozos en la etapa productiva. En el corto plazo, habrá cuatro pozos de avanzada y al menos tres más exploratorios dentro de la misma zona.

EFECTO APACHE

Pero en Río Negro no todo es petróleo. El gas comienza a tomar un nuevo impulso luego de que YPF adquiriera los activos de Apache, ahora denominada Yacimientos del Sur (YDS). Según anunció el ministro de Economía de la Nación y miembro del directorio de la compañía, Axel Kicillof, la idea es reforzar las inversiones en las áreas heredadas en busca de gas, un hidrocarburo codiciado porque es el más económico y limpio para generar energía eléctrica.

Los nuevos yacimientos que administra la compañía bajo control estatal son Estación Fernández y El Santiagueño. En conjunto, producen 60 millones de metros cúbicos al mes, algo más del 40% de la extracción total de la provincia de Río Negro.

UN IM�N PARA LOS DÓLARES

Sin señal de celular, los operadores de YPF se lamentaban por lo bajo. Es que mientras Miguel Galuccio recorría el yacimiento Los Caldenes, la empresa hacía la colocación de deuda más grande de la historia para una compañía argentina y nadie sabía a ciencia cierta cómo había terminado.

El CEO de la compañía debe haberse enterado en el aeropuerto, poco antes de partir para Buenos Aires en un vuelo privado, que se emitieron obligaciones negociables a diez años por 1.000 millones de dólares a una tasa de 8,75%. Pero casi tan importante como la emisión es el hecho de que la sobresuscripción multiplicó por cinco el monto inicial adjudicado. Es decir que YPF recibió ofertas por 2.500 millones de dólares. No es casualidad.

Apuntalada por los buenos resultados, la empresa de Galuccio comenzó a recibir una buena nota de los inversores de Wall Street. Muchas consultoras y bancos aconsejan a sus clientes comprar títulos de la compañía, ya que interpretan que es una forma barata de acceder a una firma con posiciones clave en la segunda reserva de shale gas más importante del mundo. De hecho, las entidades privadas se pelean por ser colocadoras en estas operatorias.

Más de 300 inversores de todo el mundo creyeron ver en estas ON un negocio. Y lo seguirán haciendo en el futuro cercano, mientras la Reserva Federal de Estados Unidos mantenga sus políticas de incentivo fiscal a partir de la bajas tasas en dólares. Pero el endeudamiento no sólo se festejó en la Torre Madero. En la Casa Rosada también respiraron aliviados, porque esos 1.000 millones serán un bálsamo para las reservas del Banco Central, en momentos en los que la fuga no se detiene.

CON “P� DE PETRÓLEO Y POL�TICA

Llegaron en helicóptero, cerca de las 14. La comitiva que encabezó Galuccio trajo también a estas tierras al ministro de Economía, Axel Kicillof, al jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, al siempre proactivo senador Miguel Pichetto –que ofició en cierta forma de anfitrión– y, para sorpresa de muchos, al gobernador entrerriano, Sergio Urribarri.

"Vino a la lanzar su campaña presidencial desde Vaca Muerta", bromearon algunos. Otros no dudaron en sindicarlo como el candidato de Galuccio, otro entrerriano, del cual es íntimo amigo. Sin embargo, nadie dudó de que, si el mandatario se subió al trip petrolero, fue con anuencia de la presidenta Cristina Kirchner. También se la vio a la jefa de la bancada K en Diputados, Juliana Di Tullio, posible candidata a vicepresidenta para el 2015.

La otra escena política tuvo como protagonistas al gobernador Alberto Weretilneck y us funcionarios. Más allá de la muestra de respaldo a su provincia, se lo vio cercano a Galuccio. De hecho, "el Mago", muy cómodo en su rol de "relacionista público", repartió elogios para el equipo energético que conduce Guillermo Gesualdo y hasta los llamó para la foto.

Pero detrás de las sonrisas, gestos obligados en el mundillo político, se esconde una punto de tensión entre YPF y Río Negro. La renegociación de contratos petroleros avanza a paso firme y tenía como emblema el acuerdo no escrito pero consensuado con la firma Apache, una de las principales operadoras.

Sin embargo, tras la compra por parte de la empresa estatal, todo lo negociado parece haber caído en una suerte de limbo. Es que la discusión no es ahora sólo técnica o económica, sino que suma la variable política, muy cara para los gobernadores que dependen en gran medida del apoyo nacional para que sus provincias funcionen.