Los buenos motivos son, en primer lugar, terminar con la incertidumbre regulatoria e impositiva que han generado las provincias en los 煤ltimos a帽os con la sanci贸n de leyes de hidrocarburos propias, creando empresas provinciales y elevando as铆 la presi贸n tributaria sobre la industria.

Estas inseguridades desalientan la inversi贸n en un sector en crisis, como el energ茅tico.

En segundo lugar, hay que adaptar la LH para permitir la explotaci贸n de hidrocarburos no convencionales (Vaca Muerta) que ofrecen un promisorio horizonte productivo a la Argentina.

Pero, a su vez, el gobierno nacional, amparado en la Ley de Emergencia del a帽o 2002, que a煤n mantiene vigente, ha creado otras dudas m谩s graves que las provinciales: retenciones variables a las exportaciones (al estilo de la Resoluci贸n 125 para el campo), precios, tarifas y subsidios fijados en forma arbitraria y cambiante, la expropiaci贸n de YPF, etc.

Estas distorsiones macroecon贸micas, ajenas a la LH, subsisten actualmente y con pocas probabilidades de ser removidas, por lo que modificar la Ley sin corregirlas ser铆a como querer construir una casa empezando por el techo.

Aqu铆 no terminan los inconvenientes, sino que hay m谩s razones para que no sea aconsejable la modificaci贸n:

1) El Gobierno no debate con nadie sus proyectos de ley, los impone;

2) Las provincias, propietarias de los recursos, est谩n en contra de la modificaci贸n y

3) Este signo de gobierno termina en poco m谩s de un a帽o, por lo cual tampoco estar谩 para ver los eventuales frutos de la modificaciones que quiere realizar.

Pero, adem谩s, ni la Naci贸n, ni YPF ni las provincias tienen fondos suficientes para invertir y poner a producir en escala significativa la formaci贸n de Vaca Muerta, de all铆 que uno de los puntos clave del debate es qui茅n tendr谩 el poder de contratar con los inversores privados: 驴YPF o las empresas provinciales?

Ni el PEN ni la petrolera de mayor铆a estatal han explicado satisfactoriamente por qu茅 las empresas provinciales "perjudican" la inversi贸n privada, ni por qu茅 茅sta llegar谩 si se le da un cuasimonopolio a YPF.

En verdad, no se necesita ninguna empresa ni del Estado nacional ni provincial para atraer las inversiones necesarias, tal como lo prob贸 el buen funcionamiento de la actual LH en los a帽os anteriores a la emergencia, cuando se alcanzaron los r茅cords hist贸ricos de producci贸n de gas y petr贸leo de la Argentina.

Otro punto del debate entre la Naci贸n y las provincias vinculado a lo anterior es sobre c贸mo distribuir la renta petrolera actual y futura. Este tema excede a una LH y exige un debate amplio entre los actores, que deber铆a comenzar con la tan atrasada Ley de Coparticipaci贸n Federal que est谩 en mora desde el a帽o 1994 y que ning煤n gobierno se atreve a debatir.

Conclusi贸n: La Ley de Hidrocarburos es uno de los cinco cuerpos legales m谩s importantes que tiene el pa铆s, es parte del C贸digo de Miner铆a y de la legislaci贸n de fondo que la Constituci贸n le atribuye al Congreso Nacional junto a los c贸digos Civil, Penal, de Comercio y Laboral.

Adem谩s, considerando que m谩s de 85% de la energ铆a primaria en la Argentina proviene de los hidrocarburos, su importancia se acrecienta. La LH de 1967, con alguna leve adaptaci贸n a la Constituci贸n de 1994 (Ley Corta), ha probado ser una muy buena Ley. El problema energ茅tico actual lo han creado las malas pol铆ticas que se han venido aplicando desde 2002, que ignoraron y contrariaron la LH y otras normas del sector.

Habr谩 que continuar, entonces, arrastr谩ndose en la direcci贸n correcta hasta que est茅n dadas las condiciones macroecon贸micas para una modificaci贸n de la LH que, mediante un debate adecuado, genere los acuerdos necesarios para implementar una verdadera pol铆tica de estado en materia energ茅tica.

* Por Horacio Fern谩ndez, coordinador del Consejo Empresario del Centro para la Apertura y el Desarrollo de Am茅rica latina (CADAL)