Uno de los ejemplos del desmanejo del tema minero en la provincia fue tambi茅n la p茅rdida de oportunidades que brindaba el contexto mundial para llevar adelante las explotaciones que permitieran capitalizar la riqueza mineral.

Ayer informamos sobre la entrega de la explotaci贸n de Minas Capillitas a la empresa Minera Dolphin S.A., que gracias a lo permisivo del contrato que se suscribi贸 con la resucitada Sociedad Minera de Catamarca de Econom铆a Mixta (Somica Dem) pudo llevarse durante varios a帽os la producci贸n de Minas Capillitas, dejando un yacimiento envejecido, empobrecido y sin ning煤n tipo de inversi贸n. Sin embargo, esa no es la 煤nica deuda pendiente que dej贸 Somica Dem.

Tambi茅n tuvo la oportunidad de poner en marcha y comenzar la explotaci贸n de Cerro Atajo, un conjunto de minas que contiene reservas de cobre y oro principalmente. Sin embargo, s贸lo se limitaron a realizar una serie de triangulaciones sobre los derechos de explotaci贸n y se entreg贸 el usufructo del complejo minero a una firma de capitales canadienses, cuyos aportes no quedaron documentados y no hay informaci贸n fidedigna de su trabajo. Documentaci贸n a la que tuvo acceso El Esqui煤.com da cuenta de ello.

El 12 de enero de 2005, meses despu茅s de que, durante la primera etapa del gobierno de Eduardo Brizuela del Moral, se reactivara Somica Dem pese al fallo de la Corte de Justicia de Catamarca, que orden贸 su liquidaci贸n en el a帽o 2002, se firm贸 un convenio con las empresas Minera Cerro Atajo S.A., Somica Dem y Cardero Argentina S.A. para cederle a esta 煤ltima los derechos contractuales de exploraci贸n con opci贸n a usufructo con exclusividad absoluta.

Este convenio tuvo el objetivo de zanjar los pleitos judiciales que a lo largo de la historia de la relaci贸n entre Somica Dem y sus socios privados se sucedieron. Y en tal sentido, en el convenio las partes sostienen que la propuesta de Cardero iba a redundar en extraordinarios beneficios econ贸micos para la provincia, que nunca se cristalizaron.

Se trat贸 de una contrataci贸n directa que encar贸 el director de la empresa, Ra煤l Doering, sin que se abriera un concurso de oferentes para determinar cu谩l ser铆a la propuesta m谩s conveniente para entregar la explotaci贸n minera. Todo se llev贸 a cabo en reuniones que no fueron expuestas a la opini贸n p煤blica sino que, vali茅ndose del argumento de que Somica Dem era una empresa de derecho privado, no ten铆a que rendir cuentas.

El mismo d铆a se firm贸 tambi茅n una modificaci贸n del contrato de exploraci贸n, mediante la cual se establecieron las condiciones de la exploraci贸n del 谩rea, que integraba 17 minas.

En el inciso quinto del contrato qued贸 establecido que 鈥渁 fin de mantener sus derechos exclusivos (鈥�), Cardero realizar谩 una inversi贸n acumulada en trabajos y servicios por un monto m铆nimo de un mill贸n quinientos veinticinco mil d贸lares鈥�. Sin embargo, no obran informes sobre el trabajo realizado por Cardero, ni de c贸mo se realiz贸 鈥搒i es que se hizo- la inversi贸n millonaria.

Adem谩s, para hacer uso de la opci贸n de usufructo, Cardero deb铆a abonar 27 millones de d贸lares, divididos en diez millones al momento de construir el proyecto y comenzar la producci贸n. Y el resto durante los dos primeros a帽os de producci贸n, adem谩s del 15 por ciento de utilidad neta.

Las caracter铆sticas del contrato y la forma en la que se llev贸 a cabo fueron por dem谩s sugestivas. Basta se帽alar que Somica Dem ni siquiera contaba con una cuenta bancaria para recibir el pago por la entrega de los derechos de exploraci贸n. As铆 qued贸 consignado en un acta acuerdo, que tambi茅n tiene la fecha de 12 de enero de 2005, en la que Cardero le paga la cantidad de pesos suficientes para la compra de 50 mil d贸lares mediante un cheque de una cuenta en el banco Santander. En esa acta, Somica Dem expres贸 asentimiento para que se difiriera el resto de los pagos hasta la apertura de su propia cuenta.

MARCHA ATR脕S

No obra documentaci贸n en la que se demuestren las inversiones a las que se comprometi贸 Cardero. En julio de 2006 Cardero, por medio de una carta documento, notificaba que ced铆a, nuevamente, sus derechos de exploraci贸n a favor de Minera Cerro Atajo y Minera Andina, dos empresas que fueron conformadas a帽os antes por los socios privados de Somica Dem.

De esta forma, se confirm贸 una triangulaci贸n en la que los derechos de Cerro Atajo s贸lo cambiaron de manos a帽o tras a帽o, sin que se llegara a ejecutar ni a poner en funcionamiento ning煤n emprendimiento destinado a la explotaci贸n del yacimiento.

En Somica Dem obran distintas actas de compromiso de pagos, prorrateos, pero no existir铆an constancias de los cobros y del destino que habr铆an tenido esos fondos si efectivamente ingresaron en las arcas de la empresa.

Por caso, en un acta firmada en diciembre de 2007, en Buenos Aires, por el presidente de Cerro Atajo Eduardo Felipe Giaimo, se establece un acuerdo en el que se afirma que Somica Dem percibi贸 鈥渄iversos pagos鈥� sin detallar cu谩les, cu谩ndo y c贸mo, y que a su vez hay una deuda sobre la que se pon铆an nuevos plazos de pago.

La escasa documentaci贸n y la ausencia de una fiscalizaci贸n sobre los actos que llev贸 a cabo Somica Dem hablan de una aparente simulaci贸n en la que los beneficios y los compromisos asumidos para con la provincia quedaron truncos y jam谩s se hicieron realidad.