Soplaron nuevos vientos políticos y cambiaron las posiciones también en relación a la minería a cielo abierto. Quien fuera la defensora en la Legislatura de la controvertida norma que derogó la ley que prohibía la minería a cielo abierto con uso de cianuro -cuando Carlos Soria desplegaba al máximo su poder desde la Gobernación- es ahora quien propone reabrir ese debate y someter la posibilidad de explotación al escrutinio popular. Arabela Carreras, legisladora barilochense integrante del nuevo albertismo, presentó un proyecto de ley por el que propone consultar a los rionegrinos, en plebiscito vinculante y obligatorio, para que se expresen si están o no de acuerdo con la explotación de la megaminería a cielo abierto. El resultado del escrutinio se definiría en ambos casos por la simple mayoría de los votos válidos.

Llama la atención la iniciativa por, al menos, dos razones. Una, su autora, ya que fue ella quien el 28 de diciembre de 2011 defendió a capa y espada, contra las organizaciones ambientalistas y la oposición en pleno el proyecto de Soria de habilitar la actividad extractiva. Dos, porque era un debate cerrado desde lo institucional, sin situaciones concretas que obligaran a reinstalarlo.

La razón radicaría en lo político. La megaminería, bajo estrictos controles, es una de las alternativas de desarrollo -en particular para la Región Sur- con las que más insistía Soria pero además con las que actualmente machaca en cada ocasión posible el senador nacional Miguel Pichetto y es un tema que divide aguas en el kirchnerismo.

De ambos -tanto de Pichetto en particular como del "movimiento nacional y popular" en general- se distanció en estas semanas irremediablemente el líder político de Carreras, Alberto Weretilneck. Ahí cobra sentido la propuesta, y además, en la posible pretensión oficialista de seducir a otras fuerzas, entre ellas el radicalismo que fue quien prohibió la actividad en tiempos de Miguel Saiz.

"La minería acompaña al hombre desde todos los tiempos y de ella se sirve la sociedad contemporánea para satisfacer sus demandas de transporte, comunicaciones y todo tipo de industrias. Es una oportunidad de convertir el recurso minero en riqueza y no vamos a desperdiciarla", decía en 2011 la legisladora.

En cambio, ahora resalta "la magnitud de las innovaciones tecnológicas que hoy permiten explotar minerales dispersos en áreas relativamente amplias, superando así el agotamiento de la tradicional explotación de veta", "la escalada de precios resultante de la voracidad de algunos países emergentes -en particular China-" y "la debacle de los mercados financieros convencionales", circunstancia que "llevó a muchos especuladores a refugiarse en las materias primas, lo que también contribuyó a aumentar sus precios".

La parlamentaria concluye en esta nueva etapa de su pensamiento que "hoy las sociedades se enfrentan no sólo a la problemática del boom minero sino también al incremento extensivo y avasallante de la soja, que condena a los países latinoamericanos a su rol de exportadores de productos con escaso valor agregado, un problema poco difundido pero real".