Hasta el momento, el volcán Copahue es el único sector donde existe equipamiento chileno instalado en el lado argentino, en la provincia de Neuquén, pero ya existe un plan de cooperación para estudiar prioritariamente el macizo fronterizo de Laguna del Maule, asentado sobre la comuna de San Clemente y la localidad Malargüe.

También la Universidad de Wisconsin de los Estados Unidos ya manifestó su intención de estudiar la zona.

No obstante, también hay otros proyectos en marcha para que el Servicio Nacional de Geología y Minería(Sernageomin) instale equipamiento del lado argentino para analizar los volcanes Lanín, Maipo, San José y Planchón Peteroa.

A su vez, el 27 de octubre, un grupo de volcanólogos chilenos viajarán a la localidad argentina de Caviahue, a menos de 10 kilómetros del volcán Copahue, para instalar equipamiento nuevo para las estaciones fronterizas de vigilancia Hito, Frontera, Mellizas, Máquinas, Copahue, Bosque y Nodo Caviahue. El anuncio fue realizado por el Sernageomin, en el marco del aniversario del Observatorio Volcanológico de Los Andes del Sur (OVDAS) de ese país, que constituye la red de monitoreo a volcanes más grandes del mundo, con 43 macizos.

"El avance del monitoreo volcánico suele ser la consecuencia de una crisis. En Estados Unidos, la erupción de 1980 en el Monte Santa Helena provocó muchas muertes y pérdidas económicas. Antes de eso, Estados Unidos sólo hacía seguimiento en Hawaii. En Colombia, por otra parte, la erupción del Nevado de Ruiz en 1985 generó un impacto aún mayor y también motivó que ese país se adelantara al conocimiento volcánico en la región sudamericana", explicó el director Sernageomin, Rodrigo Álvarez Seguel.

Seguel tabién dijo, "en Chile, la erupción del volcán Chaitén en 2008 tuvo un impacto socioeconómico enorme. Esto provocó que el país pasara de monitorear apenas 12 volcanes, a los 43 volcanes a los que se hace seguimiento en la actualidad".

"La idea es que el país no esté esperando nuevas crisis para hacer las inversiones necesarias. Con eso de trasfondo, la red chilena está viviendo varias particularidades. Una de ellas es esta prometedora fase de colaboración internacional, con el Servicio Geológico y Minero (Segemar) de Argentina y el Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país, para la instalación y actualización de equipamiento que haga más robusta a esta red, y sirva tanto a chilenos como argentinos, que son en este caso los que suelen verse más afectados por cenizas volcánicas", concluyó.