Mientras el gobernador Alberto Weretilneck busca ratificar en la Legislatura un importante acuerdo de renegociación de áreas con Petrobras, Río Negro lanzó “una serie de pruebas piloto con aviones no tripulados, popularmente conocidos como drones”, tal como informó la Secretaría de Energía provincial, con el propósito de avanzar en la implementación de controles en todos sus campos hidrocarburíferos. Dirigidas a control remoto, las aeronaves tienen la misión esencial de capturar registros fotográficos de alta definición en cada uno de los bloques. La iniciativa, que complementa el control ejercido en forma habitual por la Secretaría de Hidrocarburos, resulta “un elemento novedoso y sumamente útil en el proceso de renegociación de las concesiones hidrocarburíferas en marcha”, tal como aseguró el secretario de Energía rionegrino, Guillermo Gesualdo.

“Gracias a la combinación de ciertas herramientas tecnológicas de última generación y a la incorporación de sensores, estamos promoviendo la captura de registros de imágenes térmicas e incluso de emanación de gases”, puntualizó el directivo.

Según sus palabras, el proyecto está siendo capitaneado por un ingeniero de Cipolletti. “Los drones tienen cámaras que graban en alta definición, vuelan sobre los bloques y recopilan información, que después se compara con los planos o con Google Earth para saber cómo están las instalaciones. Y todo ello se suma a las visitas in situ”, explicó.

La idea, añadió, es observar las condiciones de cada instalación y así optimizar el seguimiento de las remediaciones solicitadas e identificadas. “El uso de drones puede facilitar la medición de manchas de suelos empetrolados y la detección de pérdidas de hidrocarburos en plantas, cañerías o pozos, además de favorecer el monitoreo del estado de abandono de caminos y la revegetación de sitios afectados o alterados por la actividad”, enumeró.

Adicionalmente, apuntó, su instrumentación podría ser clave para detectar o determinar la presencia de gases en la atmósfera y la ubicación georreferenciada de los pasivos ambientales y cualquier anomalía que sea relevada. “Hay que tener en cuenta que actualmente hay 22 áreas en explotación en Río Negro, pero otras 20 se encuentran en etapa de exploración”, destacó.

REORGANIZACIÓN PROVINCIAL

En plan de reestructuración organizativa y siguiendo el ejemplo neuquino, Río Negro quiere que la Empresa de Desarrollo Hidrocarburífero Provincial Sociedad Anónima (EDHIPSA) evolucione a imagen y semejanza de la estatal Gas y Petróleo del Neuquén (G&P Nqn). Con esa meta, Weretilneck decidió garantizarle el manejo de aquellas áreas petroleras en explotación que no resulten renegociadas. Adicionalmente, la firma tendrá una posición preferencial a la hora de participar en procesos de venta o cesiones de los derechos sobre todos los bloques de la provincia.

A través del Decreto 333/14, quedarán reservadas en favor de EDHIPSA las áreas hidrocarburíferas cuya renegociación no sea acordada en el marco del proceso que se abrió a partir de la Ley 4.818. “Allí está siendo revisada la relación contractual para el 90% de la producción de gas y petróleo de Río Negro.

De este modo, se encomendará y facultará a EDHIPSA para que proceda con la exploración, desarrollo y explotación de las áreas no renegociadas por sí y/o con la asistencia o asociación de terceros, como lo puede ser a través de la conformación de Uniones Transitorias de Empresas (UTE)”, explicó el Gobierno rionegrino mediante un comunicado.

No menos importante es la flamante sanción del Decreto 348/14, que impulsa a Río Negro a la búsqueda del ansiado autoabastecimiento hidrocarburífero sobre la base de la recuperación de los permisos de exploración y de las concesiones de explotación de sus áreas.

“La norma obliga a que todo trámite donde se pretenda la venta y/o cesión de esos derechos a terceros cuente con la autorización previa de la provincia. Así, deberá ponerse en conocimiento cuál es esa oferta y cumplirse con todos los pedidos de información adicional que se soliciten a través de la Secretaría de Estado de Energía”, indicó el reporte.

MÚLTIPLES USOS

En un primer momento, el término “dron” aludía básicamente a aparatos de uso militar dotados de un aspecto similar al de un aeroplano. No obstante, en los últimos tiempos han surgido nuevos vehículos aéreos no tripulados poco parecidos a los aviones y que tienen aplicaciones civiles o comerciales.

Las unidades más antiguas fueron desarrolladas después de la Primera Guerra Mundial y se emplearon durante la Segunda para entrenar a los operarios de los cañones antiaéreos. Sin embargo, recién a finales del siglo XX se las empezó a operar mediante radio control, con todas las características de autonomía actualmente conocidas.

Entre sus múltiples campos de acción figuran la distribución gratuita de señales de Internet, la realización de mapas y de modelos de elevaciones del terreno de alta resolución, la gestión de cultivos, el seguimiento de áreas boscosas, el control de incendios, la revisión del estado atmosférico, el monitoreo de obras, la planificación urbanística y la seguridad fronteriza.

Específicamente en el ámbito petrolero, el uso de drones se ha vuelto cada vez más frecuente en el hemisferio norte. Recientemente, la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos le otorgó a BP energy corporation y a la fabricante de aviones no tripulados AeroVironment la primera licencia comercial para valerse de esta tecnología a fin de estudiar las áreas hidrocarburíferas y los oleoductos situados en pleno océano Ártico, cerca de la bahía Prudhoe, en Alaska.

En Noruega, en tanto, investigadores del Centro para la Investigación Integrada de Petróleo, una organización dependiente de la Universidad de Bergen, han patentado un método basado en el empleo de drones para cartografiar nuevas reservas de petróleo desde el aire.