Una de las principales preocupaciones de las sociedades donde se extraen hidrocarburos es el impacto ambiental. Comentarios en redes sociales, opiniones radiofónicas, el boca en boca y hasta los pedidos de informe por parte de diputados provinciales. Todos buscan acercarse un poco más a lo que esta industria de alto impacto realiza, en soledad, a cientos de kilómetros de los centros urbanos.

El titular de la Secretaría de Ambiente de Neuquén, Ricardo Esquivel, reconoce el reclamo y asegura que el trabajo está concentrado en una "economía de la afectación" para "procurar que el impacto ambiental sea el menor posible". Y como ejemplo señaló que en lo que va del año ya se remediaron 174.000 mv de suelos, una marca superior a la del 2013 y que acumula, desde el 2009, 700.000 mv.

"Río Negro Energía" le preguntó a Esquivel si el aumento de la actividad está contaminando, a lo que el funcionario reconoció que "toda actividad, sea inmobiliaria o industrial, produce un avance sobre la biodiversidad. Actualmente con la multiplicación de equipos se afecta en la medida en que se abren caminos o en que se perfora, por esto instamos a que se usen caminos ya trazados y que se reutilicen locaciones. A eso nos referimos con economía de la afectación".

La secretaría tiene unos 30 agentes que se dividen en las dos áreas operativas del organismo: inspección y control. El presupuesto anual asciende a unos 10 millones de pesos y se nutre de la recaudación de la tasa ambiental, que además se distribuye a los municipios petroleros de primera categoría.

La última apuesta del organismo que dirige Esquivel fue la instalación de un puesto permanente de control en el primer yacimiento shale del país, en Loma Campana operado por YPF, donde están instalados cinco inspectores y un coordinador con la modalidad de una semana de trabajo por otra de descanso. Además recientemente adquirieron otro tráiler para montar un nuevo punto fijo en el yacimiento Chihuido de la Sierra Negra (YPF) en Rincón de los Sauces.

CONTROLES Y APUESTAS

Esquivel aseguró que la petrolera "no es una industria difícil de controlar". Explicó que con el correr de los años han logrado hacer cumplir la normativa: "Todos los incidentes, por más que sea un derrame de un metro cúbico, se informan".

Al respecto el funcionario asegura que la mayoría de los hechos se produce por "cañerías deterioradas" y no por falta de capacitación o por el aumento del ritmo de perforación. Además señala que "son varios los yacimientos" con problemas, pero reconoce que la zona crítica se da en "Chihuido de la Sierra Negra y Loma de la Lata", donde la operadora lanzó un agresivo plan para atacar el pasivo ambiental heredado por Repsol.

"La Provincia está trabajando en un plan de recambio de cañerías deterioradas. De los 5.000 pozos en producción alrededor de 500 merecen recambio de instalaciones, desde tramos, colectores, tanques, baterías o ramales. La intención es lograr una política de pérdidas cero, pero eso no se resuelve en una sola gestión".

El funcionario destacó que en proporción a la cantidad de pozos perforados –430 según la Secretaría de Energía– sólo se produjeron cuatro incidentes en yacimientos. En dos casos se trató de pastillas radiactivas que se quedaron atascadas y otros dos fueron pozos fuera de control. Sin embargo, el último hecho se registró en el Parque Industrial de la capital neuquina y se produjo un grave derrame.

Consultado respecto de las multas, Esquivel respondió que se están aplicando. Si bien la normativa modificada establece sanciones económicas de hasta seis millones de pesos, aún no se ha aplicado ninguna con ese monto. "La mayor multa que hemos aplicado corresponde al derrame de Indarsa, a la que se sancionó con 1.250.000 pesos, que se encuentran en etapa administrativa.

Si bien la materia pendiente de la secretaría para el año próximo es la aprobación de una norma provincial que reúna todos los decretos que hoy regulan la actividad hidrocarburífera –principalmente–, desde el organismo esperan afianzar las áreas técnicas y de control permanente.

Concretamente, una de las novedades para el 2015 será la obligación de montar plantas de tratamientos de residuos in situ; es decir, todo el material que se descarte en una locación debe ser tratado en el lugar inmediatamente antes de ser trasladado.