La Argentina tiene 22 plantas refinadoras, 17 de pequeña envergadura y cinco de gran porte: las de La Plata, en Buenos Aires; Luján de Cuyo, en Mendoza, y Plaza Huincul, en Neuquén, que están en manos de YPF; la de San Lorenzo, en Santa Fe, manejada por el Grupo Indalo, y la de Campana, en Buenos Aires, que Pan American Energy (PAE) le compró a Esso. En palabras de Miguel Galuccio, CEO de YPF, el paulatino aprovechamiento de los recursos hidrocarburÃferos no convencionales de formaciones como Vaca Muerta, junto con las previsiones de crecimiento del mercado de combustibles a nivel local, invitan a pensar en la construcción de una sexta gran refinerÃa en el mediano plazo. “El paÃs precisará un nuevo complejo refinador para 2025â€, aseguró el directivo en la última Conferencia Regional de Petróleo y Gas “ARPEL 2015â€, que se llevó a cabo en Punta del Este.
Consultado al respecto, el ejecutivo explicó que sus palabras no necesariamente significan que YPF estará al frente del emprendimiento. “No obstante, siempre analizamos lo que ocurre en el mercado y es posible que pronto avancemos con un estudio de factibilidad para evaluar ese desafÃoâ€, señaló.
No es la primera vez que Galuccio remarca la importancia de fortalecer el negocio del downstream en la Argentina. A poco de haber asumido la conducción de YPF, por caso, manifestó que la sede central de la compañÃa en realidad residÃa “en las refinerÃas y no en la torre de Puerto Maderoâ€. Y una de las primeras obras de su gestión fue, precisamente, la ampliación de la destilerÃa de La Plata, en agosto de 2012.
Según datos del Instituto Argentino del Petróleo y el Gas (IAPG), el año pasado las 22 instalaciones de refinación operativas procesaron casi 30 millones de metros cúbicos (m³) de petróleo para elaborar naftas, gasoil, diesel, fuel oil y asfalto, entre otros productos. AsÃ, la producción nacional de naftas alcanzó los 5,7 millones de m³ en el segmento “Súper†y los 1,4 millones en el “Ultra†(o “Premiumâ€). La obtención de gasoil, en tanto, llegó a los 11,5 millones de m³, mientras que el diesel totalizó apenas 10.500 m³.
EL SUR TAMBIÉN EXISTE
De acuerdo con el relevamiento del IAPG, todas las refinerÃas se localizan en el centro y norte del paÃs, lo que pone en evidencia la necesidad de montar un complejo para abastecer la región Patagónica. Desde hace muchos años se encuentra en stand by un proyecto para construir una pequeña destilerÃa en la ciudad chubutense de Comodoro Rivadavia, con el fin de aprovechar los 15 millones de m³ anuales de petróleo crudo Escalante que anualmente produce la cuenca del Golfo San Jorge.
La iniciativa, que apunta a procesar unos 980.000 m³ de crudo por año, aún duerme en los cajones del Ministerio de Ambiente de Chubut. Según Eduardo Barreiro, consultor del IAPG, a la Patagonia le hace mucha falta una refinerÃa como ésa. “La propuesta data de 1999, cuando Petrominera determinó que serÃa rentable a través de un estudio de prefactibilidad. Una entidad norteamericana iba a financiarla, pero por entonces cayó el gobierno de Fernando de la Rúa y todo quedó en la nadaâ€, recordó.
Hubo otros dos proyectos de mayor tamaño que tampoco prosperaron: uno para procesar entre 5.000 y 7.000 m³ por dÃa, y otro para construir la cuarta refinerÃa más grande del paÃs, con una capacidad de 12.500 m³ diarios que cubrirÃan los requerimientos regionales y también permitirÃan exportar nafta y gasoil a Chile. “Es una pena que aún no se aproveche la existencia de un mercado cautivo, al que claramente beneficiarÃa recibir los combustibles desde Comodoro Rivadavia y no desde Buenos Airesâ€, completó.
TODO A SU TIEMPO
De acuerdo con Galuccio, antes de emprender la construcción de una nueva destilerÃa para añadir valor a sus hidrocarburos, la Argentina deberá sortear el reto de hacer rentable el desarrollo del shale. “En ese sentido, la productividad de Vaca Muerta dependerá mucho del entendimiento de su subsuelo, que exigirá un gran approach tecnológico. Hoy el paÃs dispone del mejor equipamiento que se puede encontrar en Estados Unidos y estamos utilizando las técnicas más avanzadas del planeta, pero hay que admitir que todavÃa no entendemos en detalle cómo se comportan las fracturas en el reservorio. Estamos abocados a mejorar en ese aspectoâ€, reconoció.
A su criterio, sin los costos adecuados resultará imposible alcanzar un gran desarrollo con agregado de valor. “Por otro lado, recién estamos dando los primeros pasos en materia de logÃstica, transporte y manejo de agua y arena, entre otros Ãtems, en los que la industria local puede desempeñar un papel clave. Si no somos competitivos, no podremos desarrollar los recursos no convencionales a gran escala. Necesitamos mayores niveles de productividad en los servicios y optimizar los costos en la mano de obra, que siguen siendo altosâ€, destacó.
Fuente: Revista PetroquÃmica
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