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La crisis internacional del petróleo comenzó a sentirse en el país

17/09/2015 | ARGENTINA | Notas Destacadas | 1438 lecturas | 156 Votos



Las consecuencias del derrumbe del barril por debajo de los u$s 50.




El último mes hubo señales que muestran una ralentización de la actividad petrolera. Guillermo Pereyra, líder del sindicato de Neuquén, pidió que el Gobierno declare la emergencia del sector. Proveedores de servicios amenazaron con no pagar los aumentos de sueldo, e YPF prevé un recorte de sus costos de hasta un 20%. A pesar de los esfuerzos del Gobierno, que a fines del año pasado accedió a mantener discrecionalmente precios altos del petróleo en el mercado interno –en la actualidad el crudo se paga entre u$s 63 y u$s 77 en función de su calidad, hasta un 50% más que en Estados Unidos– para mantener los niveles de inversión en el negocio de exploración y producción (E&P) de hidrocarburos, en los últimos meses se visibilizaron una serie de indicadores que dan cuenta de una irrefutable ralentización de la actividad y de un deterioro de las expectativas del sector.

La negativa de las empresas de servicios a acompañar el aumento salarial otorgado por las petroleras en paritarias homologadas por el Ministerio de Trabajo en disconformidad con la caída de la rentabilidad de ese segmento de la industria; las declaraciones de Guillermo Pereyra, líder del sindicato de trabajadores de base de Neuquén, el mayor gremio petrolero del país, pidiendo que el Estado declare la emergencia de la industria por la caída del precio internacional del petróleo, que perforó la barrera de los u$s 45; y la necesidad de YPF –el mayor jugador de la industria– de recortar sus costos para defender la rentabilidad de sus operaciones van en esa dirección.

En diálogo con Revista Petroquímica, Petróleo, Gas, Química & Energía, Pereyra opinó que, además de la crisis internacional que afecta al sector petrolero, los conflictos laborales existentes en la industria nacional tienen que ver con el inminente cambio de Gobierno nacional y con que ni desde la Casa Rosada ni de parte de ninguno de los candidatos presidenciales se expresaron sobre “cuál va a ser la política de emergencia que se va a implementar” en el actual contexto.

“Las inversiones no llegan porque la actividad está casi paralizada”, reveló Pereyra, quien añadió que esa problemática se traslada a las empresas contratistas, “que se ven obligadas a ajustar costos” y “están complicadas para pagar salarios”.
Senador nacional por el Movimiento Popular Neuquino, el sindicalista definió como “galopante” la inflación y sostuvo que en pos de solucionar la crisis del sector “se debe mover el tipo de cambio”. Para decirlo claramente, abogó por la devaluación de la moneda, toda una rareza que va a contramano de lo que marca el ABC del gremialismo.

SIN ACOMPAÑAMIENTO

Aunque la Cámara de Empresas Productoras de Hidrocarburos (Ceph), que agrupa a las petroleras, con YPF, PAE y Total a la cabeza, cerró una paritaria en torno al 27,8% anual, las tensiones por la negociación salarial del sector continúan. A pesar de que el acuerdo fue homologado por el Ministerio de Trabajo, a cargo de Carlos Tomada, las empresas de servicios petroleros, nucleadas en la Cámara de Empresas de Operaciones Petroleras (Ceope), se oponen a acompañar la medida.

En la práctica, las compañías de servicios –proveedores y contratistas– son las que emplean a la mayor parte del personal petrolero. Desde la Ceope sostienen que las operadoras (petroleras) se comprometieron a pagar el incremento salarial de los trabajadores empleados en forma directa en los campos, pero no así el del personal administrativo o del que está en las bases. Eso implica para las empresas de servicios un incremento de los costos laborales que no cubre el acuerdo homologado por Trabajo.

Las compañías de servicios sostienen que las productoras bajaron el nivel de actividad e inversión en los yacimientos durante los últimos tres meses. De ese modo, fueron en contra del acuerdo firmado a fines de 2014 entre Gobierno, petroleras y sindicatos, según el cual las operadoras se comprometieron a sostener los niveles de inversión a pesar de la caída del precio internacional del crudo.

“Hay equipos de perforación que hoy no están en actividad y, en líneas generales, se ralentizó el nivel de actividad”, señalaron a este medio allegados a la Ceope. Frente a ese escenario, los proveedores apuntan a lograr un reconocimiento de sus mayores costos por parte de las petroleras. Puede materializarse a través de un aumento de tarifas de los servicios contratados.

“En promedio, en enero de este año las grandes petroleras nos recortaron en un 5% el valor de los servicios contratados. Es complicado hacer frente al aumento de los costos laborales y a la inflación en general en los precios de insumos y materiales si no recomponemos nuestros ingresos”, cuestionó el gerente de una empresa de servicios especiales.

Las petroleras, en cambio, alegan que la abrupta caída del precio internacional del petróleo –hoy en torno a los u$s 50– no deja margen para aumentos. Y señalan que la crisis del crudo ya provocó más de 100.000 despidos a nivel mundial.

RECORTE DE COSTOS

Es la primera vez que contratistas y empresas de servicio empiezan a divisar problemas serios de caja de YPF para sostener programas de inversión. Algunos proveedores señalan que sufrieron la cancelación de proyectos por la imposibilidad de la petrolera de pagar los contratos.

La compañía busca bajar un 20% sus costos operativos en los próximos meses para defender la rentabilidad de su operación. Aunque en la Torre Madero nadie habla de números absolutos, tomando como referencia el último balance presentado y sólo considerando las actividades en el upstream, la petrolera nacional debería encarar un ajuste de unos $ 12.000 millones para cumplir con sus objetivos.

Es una cifra que asusta y que obligará a Galuccio y su equipo a convertirse en cirujanos: el presupuesto de la compañía tendrá que ser diseccionado con pericia para evitar que estalle un conflicto social en los yacimientos. Es que bajar los costos implica necesariamente reducir contratos con empresas de servicios y entrar en un estado de negociación permanente con los gremios, dos sectores que, aun con matices, ya iniciaron su tibia resistencia a un ajuste que consideran inminente.

Aun así, la compañía planteó niveles récord de inversión para este año, cercanos a los u$s 6.000 millones, dos veces y media más que en 2011. La petrolera es el principal productor de hidrocarburos del país, con un 35% de la oferta total. En 2014 movilizó un 50% de la inversión total en el segmento de exploración y producción de petróleo y gas, el eslabón más importante de la cadena. En 2013, explicaba un 43%. Es decir, mientras el resto de las petroleras retrajo sus planes de inversión, YPF intenta mantenerlos.

Fuente: Revista Petroquímica

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