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Energía eólica: la industria que seduce a todas las industrias

26/07/2016 | ARGENTINA | Actualidad | 169 lecturas | 0 Votos



El sector lidera la inversión en fuentes renovables a escala nacional




Cada vez más empresas de distintos rubros, que van desde la producción de aluminio hasta la extracción petrolera y la actividad petroquímica, deciden incursionar en el negocio eólico. Según los inversores, el aprovechamiento energético de los vientos añadirá valor a la cadena industrial y promoverá el empleo calificado en todo el país.

Más de una vez, en los últimos 10 años, se anunció a nivel local la inminencia de un boom de las energías renovables que por una u otra razón nunca llegó a ser tal. Mientras que distintas naciones con menor potencial en recursos naturales incrementaron exponencialmente su desarrollo sectorial –algunas vecinas, como Uruguay y Brasil–, la Argentina no logró elevar la ínfima participación de esta clase de fuentes en su matriz energética. Pero todo indica que ahora sí, con la energía eólica como punta de lanza, el postergado despegue está a punto de ocurrir.

En lo que va del año se llevan confirmadas inversiones para ampliar o poner en marcha complejos aerogeneradores por casi u$s 2.600 millones. En conjunto, dichos proyectos sumarán alrededor de 1.300 megawatts (Mw) de nueva potencia instalada. Y esa capacidad aumentará a fines de septiembre, cuando concluya la licitación para producir otros 1.000 Mw por vías renovables que el Gobierno nacional activó en mayo.

Decidieron hacer su primera incursión en el negocio y asegurar su provisión interna grandes consumidores de energía, como la productora de aluminio Aluar, la operadora petrolera YPF y la corporación química estadounidense Dow.
 
Una particularidad de este favorable escenario radica en el origen heterogéneo de varias de las empresas que optaron por invertir en el segmento a través de la construcción de nuevos parques eólicos. De hecho, decidieron hacer su primera incursión en el negocio y asegurar su provisión interna grandes consumidores de energía, como la productora de aluminio Aluar, la operadora petrolera YPF y la corporación química estadounidense Dow.

De acuerdo con los inversores, para explicar el interés de estos gigantes por la industria eólica no basta con hacer hincapié en la inigualable calidad de los vientos argentinos o analizar la evolución natural de un mercado que –ya no sólo a nivel local– tiende a buscar suministros energéticos más sustentables, sino que debe resaltarse el mejoramiento de las condiciones normativas impuestas por la Ley 27.191, sancionada de manera definitiva en abril.

Efecto multiplicador

A diferencia de lo acontecido en anteriores oportunidades, esta vez están dadas las condiciones para que los incentivos otorgados por el Gobierno a la generación eólica se traduzcan en un desarrollo sectorial de envergadura. “La Ley 27.191 y el actual contexto político configuran un cuadro ideal para asegurar el éxito esta vez”, opina Walter Lanosa, gerente general de Genneia.

Sobre la base de lo que estipula el nuevo marco legal, para fines de 2017 la Argentina deberá cubrir su demanda de energía con un 8% de fuentes limpias. “Se necesitaban reglas claras y estabilidad a largo plazo a fin de establecer los planes estratégicos de las compañías en el rubro y convertir a la Argentina en una nación clave para su desarrollo”, apunta Gastón Remy, presidente de Dow en el país, quien se permite vislumbrar la llegada de “una nueva era de la industria manufacturera”.

No basta con hacer hincapié en la inigualable calidad de los vientos argentinos o analizar la evolución natural de un mercado que tiende a buscar suministros energéticos más sustentables, sino que debe resaltarse el mejoramiento de las condiciones normativas impuestas por la Ley 27.191.
 
No obstante, Erico Spina, presidente de la Asociación Argentina de Energía Eólica (AAEE), aporta una visión algo más ambivalente. “Es positivo el tener al fin una ley concreta para el tema de las energías renovables. Pero no puedo omitir la falta de reglamentación de varios puntos y de alcances de temas aduaneros con respecto a repuestos (y otros ítems), lo que hace que muchos inversores aún no tomen una decisión final”, advierte.

Lo cierto es que entre los múltiples beneficios que el segmento promete a la economía argentina sobresale la posibilidad de fortalecer a toda la cadena industrial. “Como consecuencia directa de ello, el país podrá generar múltiples puestos de trabajo de mano de obra altamente calificada”, anticipa Jorge Andri, director comercial de IMPSA.

Según datos de la Asociación Mundial de la Energía Eólica (WWEA, por sus siglas en inglés), cada Mw instalado podría implicar la creación de seis puestos de trabajo directos y 30 indirectos. Buena parte de esa oferta laboral estará a cargo de constructoras de aerogeneradores de renombre internacional (como Siemens, Vestas, Gamesa, Goldwind y GE, por citar algunas), pero también de compañías nacionales (de la talla de IMPSA, NRG Patagonia o INVAP).

Fuente: Revista Petroquímica

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