El Observatorio de Sismicidad Inducida (OSI) registró un alarmante aumento en eventos sÃsmicos en la región de Vaca Muerta durante las primeras dos semanas de septiembre del 2023, con 14 sismos documentados en tres zonas de Neuquén. Aunque las empresas petroleras reconocen la sismicidad inducida por el fracking, esta información no se refleja en sus Estudios de Impacto Ambiental, y el Estado aún no tomó medidas al respecto.
Uno de los sismos, ocurrido el 8 de septiembre del 2023 con una magnitud de 4 en la escala de Richter, afectó gravemente a la localidad de Sauzal Bonito. Los sismólogos de Red GeocientÃfica Chile señalan que se produjeron 12 réplicas desde ese dÃa. Este fenómeno, que ha ido en aumento en los últimos cinco años con más de 430 sismos registrados, contrasta con la clasificación oficial de la zona por el Instituto Nacional de Prevención SÃsmica (INPRES) como de sismicidad reducida.
El fracking, utilizado para extraer hidrocarburos no convencionales de Vaca Muerta, implica la inyección masiva de agua, arena y productos quÃmicos a presiones extremas, activando fallas geológicas preexistentes y generando sismos. A pesar de este impacto, las empresas implementaron un sistema de "semáforo sÃsmico" internamente, sin regulación estatal.
En Estados Unidos y Canadá, los estados controlan y regulan los semáforos sÃsmicos. En Argentina, la información está en manos de las empresas bajo acuerdos de confidencialidad, dejando al Estado al margen de la regulación ambiental. Las empresas, que operan 22 sismógrafos, reciben datos antes que cualquier organismo público. La falta de regulación llevó a situaciones como la de Sauzal Bonito, donde los residentes no recibieron una explicación oficial tras cinco años de sismos inducidos.
Fuente: ADN Sur
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