Se necesitan más pozos para mantener la producción de crudo y gas. Las compañías petroleras de la región patagónica, con la mediación del Ministerio de Planificación, esperaban ayer verse incluidas en el reconocimiento de una “situación de crisis” que las eximiera del pago de contribuciones patronales, con destino al sistema de seguridad social.
Tal medida tendrá vigencia transitoriamente como consecuencia de la alteración de precios, predominante en los mercados petroleros internacionales, cuya cotización del barril del tipo WTI ayer logró ubicarse en un nivel de u$s 47, en operaciones transadas a futuro. El reconocimiento de esa situación de crisis se traducirá en una suspensión por seis o doce meses del pago por parte de las compañías petroleras, de la contribución patronal (del 14%) que deben afrontar junto con las remuneraciones de los salarios de su personal.
La medida apuntaría a compensar los desequilibrios operativos que soportan las productoras por causa de una fuerte suba de costos, que no encontró compensación por el lado de las retribuciones netas que perciben por su crudo. Ese desequilibrio tiene impacto, luego de descontarse el pago de regalías a las provincias y las penalizaciones o descuentos que afectan a los líquidos del tipo Escalante, por su alto contenido de azufre.
En una situación de quietud de los precios locales que se extendió por varios años, el pago de salarios de los trabajadores petroleros pasó a gravitar fuertemente, porque los 30 o 31 dólares netos que quedan para los productores de la cuenca Golfo San Jorge no alcanzan a cubrir los costos de extracción en una zona que se caracteriza por un bajo rendimiento productivo de sus pozos.
En una coyuntura en la que prácticamente las empresas petroleras no abordan proyecto exploratorio alguno, la medida adoptada por Planificación apuntaría a consolidar los trabajos que tienen lugar en las áreas de la perforación y reparación de pozos, con el fin de preservar las fuentes de trabajo y, consecuentemente, la vigencia de una tregua social que se encuentra amenazada. Para Planificación, resulta vital asegurar que los volúmenes de crudo y gas recuperados del subsuelo no sigan decreciendo, tal como acontece desde 1998.
Para mayor complicación del sector productor, algunas refinadoras no integradas –que no disponen de crudo propio en el país, como Shell y Esso, pero que reúnen entre ambas en sus refinerías de Dock Sud y Campana una capacidad de procesamiento mayor a 50.000 metros cúbicos diarios frente a un total de 105.000 extraídos en cada jornada en el país– se han lanzado en los últimos meses a importar combustibles, sustrayéndose de adquirir crudo a los productores locales.
Precios
Esas maniobras tiene lugar a partir de las fuertes oscilaciones de precios que se registraron en el mercado internacional por causa de la crisis financiera global, lo cual les hizo a Shell y Esso más rentable comprar naftas y gasoil a precios de oportunidad en el exterior. A todo ese cuadro de situación se sumó que, en lo que transcurre del año, se verificó una contracción del 15% en el mercado de las naftas, mientras que, en lo que atañe al gasoil, prácticamente dejó de hablarse de faltantes de ese subproducto.
Ante todo el panorama descripto y frente a una coyuntura de cercana paridad de precios entre el mercado local y el internacional para las compañías productoras, resulta inexplicable la vigencia del pago de retenciones que están operativas desde el estallido de la emergencia del 2002.
Fuente: El Argentino
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