El 26 de abril de 1986, durante un experimento en el turbogenerador del cuarto bloque de la planta energ茅tica situada en la ciudad de igual denominaci贸n, los operadores cometieron una sucesi贸n de errores, lo que provoc贸 un incremento incontrolado de la potencia, seg煤n recuerda Prensa Latina. Dos explosiones sucesivas demolieron el reactor refrigerado por grafito el cual se incendi贸 junto con la sala de control de la planta, carentes ambos de estructura herm茅tica de contenci贸n. Las condiciones clim谩ticas propiciaron la expansi贸n de una nube radiactiva con is贸topos de cesio 137, de yodo, de estroncio y de plutonio por 4,8% del territorio ucraniano, 0,5% de Rusia y 23% de todas las tierras de Bielorrusia.

En este 煤ltimo pa铆s, m谩s de 200 mil personas tuvieron que abandonar su zona de residencia y emigrar en busca de protecci贸n. La gl谩ndula tiroides humana se caracteriza por su afinidad por el yodo, por lo cual en una extensa zona del territorio ucraniano alejada de las costas y carente de este elemento el is贸topo radiactivo fue absorbido por miles de personas con el consiguiente da帽o para la salud. Un informe cient铆fico de la Organizaci贸n Mundial de la Salud sit煤a en unas 9 mil las v铆ctimas mortales de esta tragedia en los 24 a帽os transcurridos, pero el movimiento antinuclear rechaza esta cifra y la estima en cientos de miles.

La nube radiactiva se desplaz贸 por toda Europa y salvo en la pen铆nsula Ib茅rica, en el resto de las naciones del Viejo Continente las redes de vigilancia radiol贸gica detectaron alg煤n tipo de alteraci贸n. Un informe de la Organizaci贸n de las Naciones Unidas (ONU) advierte que no es posible calcular los costos precisos del accidente, debido a las pol铆ticas vigentes en la 茅poca en que se produjo la explosi贸n, a la inflaci贸n y a los trastornos que siguieron al desmembramiento de la Uni贸n Sovi茅tica. No obstante, estimaciones realizadas en los a帽os 90 situaban ese importe a lo largo de dos decenios en cientos de miles de millones de d贸lares, ya sea por concepto de da帽os directos, de recuperaci贸n o de mitigaci贸n de las consecuencias.

Se incluye aqu铆 el reasentamiento de personas, la protecci贸n social y la atenci贸n m茅dica a los afectados, as铆 como investigaciones sobre el medio ambiente, la salud, la producci贸n de alimentos no contaminados y la vigilancia radiol贸gica. Asimismo, se contabilizan p茅rdidas indirectas resultantes del retiro de la producci贸n de tierras agr铆colas y de bosques, del cierre de instalaciones agroindustriales y de costos adicionales, como la anulaci贸n del programa nucleoenerg茅tico de Bielorrusia. A todo lo anterior se a帽ade un incremento en el costo de la energ铆a debido a la p茅rdida de la capacidad generadora de Chernobil.

GOLPE A LA NUCLEOENERG脡TICA

Chernobil signific贸 un duro rev茅s para la nucleoenerg茅tica, tecnolog铆a que a partir de los a帽os 50 y con la puesta en marcha de la central electronuclear de Dubn谩, en la ex Uni贸n Sovi茅tica, se abri贸 paso de manera acelerada en los pa铆ses m谩s desarrollados. El debate en torno a este tema pas贸 de una discusi贸n en los medios masivos de comunicaci贸n social a formar parte de programas pol铆ticos de muchos partidos en las campa帽as electorales. Suecia y Austria aprobaron en las urnas el desmantelamiento de sus programas 谩tomo-energ茅ticos. Otras naciones como Estados Unidos que en los a帽os 70 pose铆a ya 112 plantas productoras de electricidad mediante la fisi贸n del n煤cleo at贸mico fren贸 este proceso a cuenta de una mayor dependencia del petr贸leo, del gas y del carb贸n.

S贸lo algunas potencias como Francia y como Jap贸n, por ejemplo, lograron mantener sus proyectos nucleonerg茅ticos a despecho de buena parte de la prensa mundial y sobre todo de los movimientos ecologistas. A comienzos de 2006, los altos precios del petr贸leo y la situaci贸n de inseguridad energ茅tica que estremeci贸 toda Europa debido a la crisis del gas entre Rusia y Ucrania, en medio de un crudo invierno, volvi贸 a poner este tema sobre el tapete. La dependencia geopol铆tica de la Uni贸n Europea en relaci贸n con el gas de Mosc煤 provoc贸 serios debates y entre otras opciones para vencer ese peligro potencial, el grupo de Bruselas recomend贸 retomar el empleo de la energ铆a at贸mica.

Rusia en la Presidencia del Grupo de los Ocho (G-8) en el presente a帽o se pronuncia tambi茅n por un mayor empleo de este tipo de energ铆a con fines pac铆ficos. El presidente ruso, Vlad铆mir Putin, inst贸 en marzo a utilizar con mayor amplitud la tecnolog铆a nuclear y aumentar la presencia de las centrales at贸micas en la producci贸n electroenerg茅tica en el 谩mbito europeo. Se trata de elevar la cuota del sector hasta 20%, pues en la actualidad ese indicador se ubica en cerca de 16% y en unos a帽os podr铆a reducirse, seg煤n puntualiz贸 Putin durante una reuni贸n en el Kremlin.

A su juicio, para oxigenar esa esfera no s贸lo es necesario mantener el estado de las plantas, sino tambi茅n incrementar el aporte a la producci贸n energ茅tica en el 谩mbito de algunos pa铆ses europeos donde ese par谩metro en ocasiones supera 20%. Al parecer, dos d茅cadas despu茅s de la tragedia originada en Ucrania las demandas del mundo actual provocan la recuperaci贸n de esta industria.

Fuente: Globovision

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