López se convierte así en un jugador de peso dentro del mercado petrolero, con una participación de inicio cercana al 8%. La operación, que se estaba gestando desde septiembre del año pasado, fue informada por la brasileña a la Bolsa a primera hora de ayer. La oferta por los activos fue de u$s 36 millones y a la fecha de cierre, estimada en 90 días, también serán vendidos a Oil las existencias de petróleo y productos por aproximadamente u$s 74 millones, por lo cual el valor total de la operación se estima en u$s 110 millones. La venta no incluye la unidad reformadora que Petrobras posee en su complejo petroquímico de Puerto General San Martín.

En refinación y comercialización, Petrobras se queda con la refinería de Bahía Blanca y unas 240 estaciones de servicio. Fuentes vinculadas a Oil Combustibles indicaron que las estaciones de servicio propias y de terceros (cuyos contratos serán transferidos) están ubicadas en Gran Buenos Aires, zona norte de Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y parte de Córdoba. “Es prácticamente la misma red que tenía EG3 cuando fue comprada por Repsol a Astra (luego vendida por la española a Petrobras) y recién en una segunda etapa está planteado llegar al sur del país”.

La refinería San Lorenzo tiene instalaciones obsoletas que requieren una fuerte inversión para producir combustibles según los estándares de calidad que exige la Secretaría de Energía para 2012. En la actualidad, no puede producir naftas premium y tiene poca producción de gasoil de esa categoría. Su fuerte son los combustibles pesados, como el fueloil. Por la misma razón, el contrato firmado con Petrobras incluye seguir comercializando los lubricantes Lubrax de esa marca, porque estos productos no se pueden producir con petróleos pesados como los que se utilizan en San Lorenzo.

INVERSIÓN

En el mercado se estima que la refinería de Santa Fe exige una inversión de unos u$s 500 millones para cumplir las exigencias de calidad en 2012, y que ésta habría sido una de las razones por las cuales Petrobras decidió venderla. Allegados a López dijeron que el plan de inversión todavía no está definido. Las estaciones operarán con la marca Oil, pero con los colores verde petróleo y blanco que utiliza actualmente la empresa al patrocinar al automovilista Pechito López (que, obviamente, no tiene nada que ver con Cristóbal). La operación deja abiertas algunas incógnitas.

Hay quienes creen que López llegará al negocio con un socio y varios se inclinan por Petróleos de Venezuela (PDVSA). Los voceros de Oil descalificaron totalmente esa versión e indicaron que, en caso de necesitar un socio, será un empresario brasileño que actualmente comparte los negocios de López en el país vecino. Oil Combustibles es ahora una compañía que pertenece en el 70% a López y en un 30% al argentino Fabián de Souza, que ya está vinculado a Paraná Metal y a todos los nuevos negocios del grupo, salvo el de los casinos.

Cristóbal López es un empresario santacruceño vinculado al matrimonio Kirchner, que se inició en la obra pública y en empresas de servicios petroleros. Hoy es el principal actor en el negocio de casinos y juego, pero también desarrolla actividades industriales a través de Indalo, que fabrica aceites y Paraná Metal. En los últimos años, también adquirió áreas petroleras, pero todavía tiene una producción mínima de crudo, de modo que tendrá que salir a comprarlo en el mercado local.

PETRÓLEO

Según una versión, el acuerdo con Petrobras también incluiría la venta de cierta cantidad de petróleo por los primeros años, ya que a la brasileña en la Argentina le quedará crudo excedente al quedarse sólo con la refinería de Bahía Blanca. Petrobras produce diariamente unos 42.000 barriles de petróleo y espera aumentar esa cantidad, mientras necesita sólo unos 30.000 para Bahía Blanca. San Lorenzo, en tanto, puede procesar 48.000 barriles.

Dentro del sector petrolero, hay quienes creen que López tiene capital suficiente como para una política agresiva de precios que le permita posicionarse. Un costado positivo sería que aumentaría la producción de combustibles, ya que Petrobras estaba bajando sus ventas, descontenta con la política oficial de precios. La otra incógnita es si López ingresa al negocio con algún tipo de acuerdo con el Gobierno, ya sea para comprarle fueloil o para postergar las exigencias sobre calidad de combustibles.

Fuente: El Cronista

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