CRUDO: WTI 69,79 - BRENT 77,01   |   DIVISAS: DOLAR 1.195,00 - EURO: 1.405,00 - REAL: 22.350,00   |   MINERALES: ORO 3.385,15 - PLATA: 36,13 - COBRE: 455,18


Los productos con mayor impacto ambiental

10/06/2010 | INTERNACIONAL | Medio Ambiente | 1676 lecturas | 432 Votos



Cuando se examina de forma científica qué materiales o bienes de consumo tienen un mayor impacto para el planeta a escala global surgen algunas sorpresas.




¿Quizá algo muy tóxico, productos de la industria metalúrgica, artículos fabricados a partir de  madera de árboles? No. Lo cierto es que las respuestas parecen estar más cerca de aquello que echamos en el depósito del automóvil o en el carrito de la compra del supermercado. ¿Y cómo se examina de forma científica algo que puede medirse de tantas formas diferentes? Los estudios que han abordado esta cuestión utilizan la metodología del Análisis del Ciclo de Vida (ACV). Esto supone comparar el daño de los diferentes materiales no sólo en función de sus posibles propiedades perjudiciales para el medio ambiente, sino teniendo en cuenta sus efectos directos o indirectos relacionados con su extracción, su producción, su uso o su fin de ciclo como residuo.


Así lo hace un informe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) presentado la semana pasada en Bruselas, “Assessing the environmental impacts of consumption and production”. Su conclusión es que para reducir los impactos sobre el planeta hay que cambiar de forma prioritaria dos sectores: el de la energía y el de la alimentación. En el primer caso, los combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) no sólo tienen importantes impactos (cambio climático, acidificación, eutrofización, toxicidad), sino que además aumentan de forma considerable la carga ambiental de otros materiales que requieren de mucha energía, como los minerales metálicos. En el segundo, si bien el cultivar materiales en el medio natural no suele asociarse con algo negativo, lo cierto es que la producción de alimentos constituye un proceso muy poco eficiente que tiene una enorme incidencia en ocupación del suelo, pérdida de ecosistemas y biodiversidad, uso de agua…


Los daños son también significativos cuando se trata de productos pesqueros. Pero, sobre todo, cuando lo que llega al plato es carne. No sólo por las emisiones relacionadas con el cambio climático, sino también por las necesidades cada vez mayores de tierras y de recursos para alimentar a los animales. En el horizonte de 2050, se espera que haya sobre la Tierra de 9.000 a 10.000 millones de humanos y que el 40-50% de los cultivos de cereales en el mundo sean para alimentación animal. Un problema creciente que, en la presentación del informe, llevó a los representantes de Naciones Unidas a volver a recomendar una dieta sin carne. Estas conclusiones son similares a las de otro estudio específico para los países de la UE realizado por el Instituto de Prospectiva Tecnológica (IPTS), del Joint Research Centre de la Comisión Europea, que analizó 283 grupos de productos de consumo en ocho categorías de impacto (degradación abiótica, acidificación, ecotoxicidad, cambio climático, eutrofización, toxicidad, reducción de la capa de ozono y oxidación fotoquímica).


Según este trabajo, "Environmental Impact of Products" (EIPRO), también basado en la metodología de los ACV, la alimentación y las bebidas son responsables de un 20-30% de los impactos en las diferentes categorías, de forma similar a todo lo relacionado con la construcción y uso de las viviendas, con un 20-35% de los impactos, y al transporte motorizado, con un 15-35% de los impactos. Juntos, estos tres sectores suman el 70-80% de todos los daños ambientales ocasionados por el consumo. “El análisis de ciclo de vida es el mejor método disponible, pero no es perfecto, pues cubre mejor algunos tipos de impacto”, explica Peter Eder, investigador responsable del estudio EIPRO. “Hay que interpretar los resultados con cuidado, aunque nosotros repasamos todos los estudios relevantes realizados hasta entonces y encontramos que coinciden en los grandes grupos que más impacto tienen: alimentación, transporte y vivienda”. De forma más detallada, el estudio considera, por ejemplo, que los productos con una mayor contribución al cambio climático son los vehículos a motor (15%), la carne (5,5%), los equipos de calefacción (4,7%), las aves de corral (3,9%), las nuevas residencias (3,2%), las salchichas y otros productos preparados de carne (2,5%), la leche (2,4%), el queso (2,1%)…


“Por lo general, se mira primero en la industria, las sustancias químicas, pero se olvida la agricultura”, incide este ingeniero químico, que no es partidario de efectuar rankings. “En el trabajo no hemos estudiado por separado los países, pero entendemos que estos resultados son también válidos para España, pues después hemos realizado otras investigaciones que confirman la incidencia de la producción de carne y lácteos en Europa”. ¿Hay que olvidarse entonces de la carne como propugna Naciones Unidas? En el Joint Research Centre (JRC) también han analizado esta cuestión, pero introduciendo variables económicas, y sus resultados son muy interesantes. “La ecuación de comer menos carne es mejor para el medio ambiente resulta cierta, pero hemos visto que si se reduce el consumo de ternera y cerdo en Europa la mejoría ambiental va a ser más reducida de lo previsto”, incide Oliver Wolf, economista que ha investigado para la Comisión Europea cómo influiría un cambio de dieta.


Lo que dicen los modelos económicos cuando se evalúa qué pasaría si se reduce un 50% la ingesta de carne en Europa es que en realidad aumentaría la exportación de estos productos a otros países. Del mismo modo, como explica Wolf, en los sitios dónde se comprase la carne europea tampoco bajaría la producción local, sino que en general descenderían los precios y habría más población que comería más de estos productos animales. ¿Qué pasa con otros materiales intermedios en teoría muy impactantes como los procedentes de las explotaciones mineras? Volviendo al trabajo de Naciones Unidas, los metales considerados más impactantes por cada kilo son el paladio, el rodio, el platino, el oro, el mercurio o el uranio. Sin embargo, cuando lo que se evalúa es el daño en función de la cantidad producida en el mundo, entonces los que ocupan los primeros puestos son el hierro, el cromo, el aluminio, el níquel o el cobre.


Por esto mismo, este estudio llama la atención sobre los efectos del aumento de la demanda de algunos metales muy impactantes relacionados con nuevas tecnologías y las energías renovables; es el caso del platino, el indio o el selenio. Con todo, el estudio considera que hoy en día los materiales utilizados para producir bienes con mayor carga en su conjunto para el medio ambiente son los plásticos, el hierro o el acero. Y esto genera a su vez nuevas preguntas: ¿Hasta qué punto es mejor sustituir un plástico por un material vegetal? ¿Son realmente los biocarburantes fabricados a partir de plantas una alternativa a escala global para el futuro?

Fuente: El País

1677 lecturas | Ver más notas de la sección Medio Ambiente


NOTICIAS MÁS LEÍDAS de Medio Ambiente