Ya no quedan dudas de que a Bolivia le resultará difícil sortear la parálisis de desarrollo de sus yacimientos que desencadenó a partir del 2005 la nacionalización de su actividad petrolera. En reacción frente a ese dato de la realidad, Enarsa en cooperación con Uruguay, que también se vio afectado por la reducción de las exportaciones de gas que vienen desde la Argentina por el gasoducto Cruz del Sur y hacia Paysandú, se lanzaron a poner en marcha la contratación de un buque regasificador que amarrará en Montevideo. Las bases licitatorias de ese proyecto quedaron en manos de técnicos de la Administración Nacional del Cemento, Alcohol y Petróleo (ANCAP) y de Usinas y Transmisiones Eléctricas (UTE), los que con gran minuciosidad trabajan en la determinación de las bases y condiciones de prestación por exigirse a los operadores de esa embarcación que estará activa en el invierno del 2012. La participación societaria de Enarsa será del 50%, mientras que el 50% restante se repartirá por partes iguales entre UTE y ANCAP.

Atento a que Montevideo tiene un puerto de aceptable calado, el regasificador por contratarse buscará atender tanto las necesidades gasíferas del Uruguay como de la Argentina, porque buena parte del volumen que inyectará hacia ambos mercados hará su ingreso al territorio nacional por intermedio de la inversión de la capacidad de transporte del Cruz del Sur. Otro proyecto todavía más audaz que Enarsa lleva a cabo por partes iguales en sociedad con YPF, concierne al amarramiento en Escobar para el próximo invierno (2011) de otro segundo buque regasificador de gran porte (tercero si se tiene en cuenta el de Bahía Blanca) que cuando remonte el Paraná obligará, por razones de seguridad, a cerrar el paso de esa vía navegable a toda otra embarcación por casi siete horas. El regasificador será anclado en una nueva dársena de 250 metros por dragarse en el puerto de Escobar, mientras que su reabastecimiento, atento a las restricciones de calado del Paraná, será confiado a metaneros de menor porte que harían su alije de GNL en la desembocadura del río de la Plata, para luego remontar el Paraná con el fin de trasvasar su cargamento al regasificador anclado en ese puerto bonaerense.

Con los servicios de esos tres buques regasificadores de GNL se podrá disponer en momentos de máxima demanda del invierno del 2011 en el país de 24 millones de metros cúbicos adicionales, volumen que se sumará a los 125 millones de metros cúbicos diarios aportados por los yacimientos petroleros locales. Con el aporte del proyecto de Montevideo el volumen de GNL regasificado crecerá hasta los 30 millones de metros cúbicos por día. Como en los últimas años se pusieron en el mundo en marcha varios nuevos trenes de licuefacción de gas, el valor del millón de BTU (unidad calórica equivalente a 27 m3 de 9.300 kilo calorías) resultaría sólo u$s3 más costoso que el gas importado de Bolivia. Por otra parte, como los yacimientos de Gas Plus en vías de desarrollo se caracterizan por un volumen de reservas poco significativas, no quedó para las autoridades otra alternativa que extremar la disposición de GNL.

Fuente: Infobae

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