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El ser y no ser de la minería argentina

25/07/2018 | ARGENTINA | Minería | 442 lecturas | 77 Votos



En los años ‘80 y en el contexto de un recurso minero que sólo despertaba interés desde lo que representaba la Gran Minería, se dio inicio a un conjunto de iniciativas destinadas a evaluar desde un punto de vista Geológico en el lado Argentino, la Precordillera y Cordillera de Los Andes.




A partir de estos estudios que arrojaban resultados tan promisorios como exitosos, comienza a emerger como conclusión, que gran parte de lo que desde el punto de vista minero metalífero se había materializado como Desarrollo por el lado Chileno, con similares características debería esperarse por el lado Argentino.

Pero contrariando lo que ocurría con Chile, donde las reservas mineras globales se localizan mayoritariamente entre la II y V Región, y con relación al despliegue de su actividad productiva en general entre las Regiones I y VII, con sorpresa se comienza a verificar que en la Argentina, el recurso minero metalífero se distribuía y localizaba, a lo largo de todas las provincias que conforman el Oeste Cordillerano de la Nación. Esto explica, el enorme contraste que existe entre la potencialidad del recurso minero que detenta el Sur Argentino, respecto de su contraparte en el Sur Chileno.

Desde esta realidad y sin entrar en mayores detalles, con la anuencia de todos los sectores políticos representativos y, la aprobación de prácticamente todos los representantes a nivel nacional, la actividad minera logra contar con un marco y un plexo jurídico nacional que permite contar con todas las condiciones de seguridad que eran demandadas, para atraer las inversiones de riesgo extranjeras y transnacionales, hacia el sector de la Gran Minería.

Los resultados en este contexto, no se hicieron esperar. Los trabajos exploratorios ejecutados por estos capitales foráneos sobre no más del 50% de la geografía eventualmente minera del país, rápidamente dan cuenta de la existencia de 661 depósitos minerales que desde la perspectiva de una Pequeña, Mediana o Gran Minería, se los avizoraba como potencialmente explotables (Bajo la Alumbrera, Cerro Vanguardia, Pascua – Lama, Veladero, Agua Rica, Pachón, El Desquite, Cordón de Esquel, Farallón Negro, Orosmayo, Casposo, Diablillos, Famatina, Gualcamayo, Jaguelito, Mogotes, Potrerillos, San Francisco, Sierra de las Minas, Sol Brillante, Taca Taca, Vallecito etc., etc.).

En este escenario de algarabía reinante, los estudios de Evaluación Económica concluidos en el año 2000 permitían inferir adicionalmente, que si solo se consideraban las Reservas Auríferas, éstas alcanzaban las 2.300 toneladas, y si se proyectaban en función de la conclusión de los estudios de referencia, éstas se posicionaban en alrededor de las 3.500 a 4.000 toneladas. Pero se fue más allá, a un valor promedio de 420 U$S la onza – oro en aquel momento, estas reservas representaban 56.000.000.000 Us$ (Cincuenta y seis mil millones de dólares). Estas cifras que fueron afinándose progresivamente dan cuenta según aseveraciones oficiales, que en concepto de Reservas Metalíferas el País cuenta potencialmente con alrededor de 500 millones de toneladas de cobre metálico, 300.000 toneladas de plata y 10.000 toneladas de oro, y en este contexto extraoficialmente, algunos referentes del sector minero nacional ubican a la Argentina en el lugar 5º de Reservas Metalíferas a nivel mundial, y otros más optimistas señalan que la Argentina, contaría con 7 billones de toneladas en concepto de Reservas de Cobre.

Más allá de las cifras, lo objetivo es que tomando como base la realidad geológica, geográfica y territorial, una potencialidad del recurso minero metalífero en los niveles que se señalan, es absolutamente posible.

Nuestro país conforma parte de la región Sudamericana (Latinoamérica) que posee uno de los potenciales más promisorio, abundante y diverso de minerales integrados que existe a nivel planetario, y la Argentina como Nación, comparte adicionalmente junto a Chile, la parte más extensa del reservorio de minerales más importante que desde un punto de vista minero y geológico – estructural, representa la Cordillera de los Andes. Prácticamente todos los países latinoamericanos, con respecto de al menos un mineral poseen reservas globales, y todos con mayor o menor intensidad han potenciado el Desarrollo de todos sus Sectores Mineros (Pequeña, Mediana y Gran Minería), bajo el derrotero de lo que representa un Proyecto y un Modelo de Desarrollo Minero Nacional, con el que la Argentina no cuenta y respecto de cual, no se discute y se reflexiona en forma técnica y responsable, pero tampoco de una manera seria, respetuosa y ciudadana.

En el contexto de esta perversa dualidad, tan importante ha resultado el desarrollo alcanzado por los países vecinos, que la gravitación de la minería Latinoamericana en el concierto mundial, se puede sintetizar de la siguiente manera: Brasil es, el 1º productor de Niobio, el 2º de Bauxita – Alúmina, Hierro y Tantalita, el 3º de Grafito y Manganeso y el 4º de Amianto. Chile es, el 1º productor de Cobre, Renio, Yodo, Nitratos y Litio, el 2º de Manganeso, el 3º de Plata, el 4º de Selenio, el 15º de oro. Perú es,el 1º productor de Plata, el 2º de Cobre y Zinc, el 3º de Estaño, el 4º de Molibdeno, Plomo y Renio, el 5ª de Oro, el 6º de Tungsteno, el 8º de Selenio y Arsénico y el 10º de Cadmio. Bolivia es, el 3ª productor de Antimonio, el 4º de Estaño, el 5º de Litio y el 11º de Plata. Colombia es, el 1º productor de Esmeraldas, el 7º de Níquel, el 8º de Carbón y el 20º de oro y Venezuela, es el 5º exportador de crudo del mundo.

Si bien la Gran Minería ha jugado un rol fundamental e irremplazable para alcanzar estos sitiales productivos de privilegio en el orden mundial, es mucho lo que ha aportado la Pequeña y Mediana Minería, como también, la Minería Artesanal. Y es necesario hacer mención a esto, porque para alcanzar dichos logros, estos países se han apoyado en Planes y Programas y, un Modelo de Desarrollo y Crecimiento, Estratégico y Sectorial. Desde esta visión estratégica y simplemente para ejemplificar, Chile en este año 2018, con la creación de una oficina de gestión de proyectos materializará una inversión entre los años 2018 – 2026 que alcanzará los U$S 50.000 millones, y Perú entre los años 2018 – 2022 destinara a su sector minero, inversiones que inicialmente totalizan U$S 20,810 millones. En este largo transitar de más de 30 años, donde en la década del 90 se afirmaba que el objetivo gubernamental era “transformar a la Argentina en un País Mineroâ€, y donde más tarde: desde el Kirchnerismo, se ratificaba el modelo de minería trazado por el menemismo, desde el Cristinismo, se reafirmaba el modelo extractivista solo productor de materias primas minerales exportables , y desde el Macrismo, se señalaba “ que “la minería retomaba el camino de la exploración†y “que las inversiones en términos de la generación de empleo, crearían más de 125.000 puestos de trabajoâ€, hoy tal cual ocurre en el cuento del Rey Desnudo, la realidad que es efectivamente la que se vive y se padece, muestra que nuestro manoseado y vilipendiado Desarrollo Minero, no cuenta con un destino, pero tampoco con un norte y horizonte claro y definido. (...)

Fuente: LU17

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