En los últimos cuatro años, la mayor producción de petróleo y gas permitió dejar de destinar US$6900 millones a las importaciones para casi alcanzar el equilibrio de la balanza energética. Se trata de un ahorro importante en un paÃs al que le cuesta generar divisas.
Más allá de la producción, el sector ya se convirtió en una atracción de dólares, principalmente por las inversiones que atrajo. Según un informe de la consultora Abeceb publicado el año pasado, las inversiones en Vaca Muerta entre 2013 y 2018 alcanzaron los US$19.085 millones, un promedio de US$3180 millones por año.
El monto aún es poco en relación con las inversiones que se hicieron en otros proyectos no convencionales de Estados Unidos. La diferencia está en que en la Argentina las empresas piden que se les garanticen reglas de juego claras y estabilidad jurÃdica, dos condiciones que en los últimos 15 años estuvieron ausentes.
La ley de hidrocarburos buscaba cumplir con esas expectativas para atraer a las empresas. Los mayores jugadores son internacionales -Shell, ExxonMobil, Chevron, Total y Wintershall, entre otros- y deciden todos los años a qué paÃses destinarles más inversión. Sin embargo, todavÃa no está previsto cuándo se enviará la ley al Congreso, aunque el presidente Alberto Fernández haya dicho que serÃa en estas sesiones extraordinarias.
Ejecutivos de la empresa alemana Wintershall y de la francesa Total se reunieron la semana pasada en BerlÃn y en ParÃs con el Presidente, quien se comprometió a flexibilizar el cepo cambiario, en particular para las empresas que inviertan en Vaca Muerta. El control de capitales es otro de los mayores desafÃos que tienen las empresas que ingresan divisas para invertir, y luego no pueden sacar las regalÃas.
Un informe de la consultora FIDE señala que "la prioridad del autoabastecimiento, la generación de saldos exportables, la disponibilidad de tarifas razonables para el consumo interno constituyen aspectos importantes de la iniciativa".
Fuente: La Nación
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