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“El precio del gas debe ser razonable y garantizar la provisión a largo plazo”

13/02/2019 | ARGENTINA | Actualidad | 1551 lecturas | 19 Votos



El Ente Nacional Regulador del Gas no se mantuvo ajeno a la polémica por el valor del recurso. Según Carlos Casares, referente del organismo, la paulatina normalización de su precio ya se tradujo en un uso más responsable de la energía.




Históricamente el gas ha sido muy barato en la Argentina, lo que trajo aparejado un mal uso del recurso. Así lo cree Carlos Casares, director del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), para quien es menester buscar un precio de equilibrio que sea razonable y garantice el abastecimiento a largo plazo. “Venimos de una revisión tarifaria integral (RTI) ligada a un plan de inversiones, la culminación de la intervención del Enargas y la vuelta a la institucionalidad, y el fin de la emergencia económica. Hoy estamos abordando nuevos desafíos, sentando bases de despacho y del mercado electrónico del gas, y poniendo el foco en la eficiencia energética”, resumió el directivo, quien disertó en ‘Gas Natural – De Cara a 2019’, seminario organizado por Mercado Electrónico del Gas (Megsa) el pasado 11 de octubre.

El Enargas, puntualizó, hoy tiene a su cargo 8,7 millones de usuarios, dos redes de transporte y nueve distribuidoras. “Desde el inicio de la privatización nuestro crecimiento se expresó en la duplicación de la capacidad de transporte, además de la expansión en un 50% de los kilómetros de conexión y en un 100% de la potencia instalada. Prácticamente hemos duplicado la capacidad de transporte, distribución y acceso a los usuarios, pero eso no nos alcanza. Las expectativas de cara al futuro son muy grandes: necesitamos al menos volver a duplicar este volumen”, adelantó. Su precisión aludió, asimismo, a la necesidad de ajustar los valores de las tarifas para que puedan realizarse nuevas inversiones en el sector. “Me asombra que se nos reclame que no estamos controlando e informando el cumplimiento de las inversiones. 

La realidad es que se están haciendo y está todo documentado”, aseguró.Casares // “Prácticamente hemos duplicado la capacidad de transporte, distribución y acceso a los usuarios, pero eso no nos alcanza. Las expectativas de cara al futuro son muy grandes: necesitamos al menos volver a duplicar este volumen”A pesar de las limitaciones de la infraestructura, acotó, el abastecimiento gasífero ha crecido a nivel nacional. “Esto no fue gracias a la importación desde Bolivia ni a la producción nacional, sino al uso de gas natural licuado (LNG, por sus siglas en inglés). Esperamos que con la evolución de Vaca Muerta y la disponibilidad de nueva infraestructura se produzca la reactivación del desarrollo de la industria”, sostuvo.

Grandes desafíos

Según Casares, el país ha bajado las importaciones de energía y la meta es seguir transitando ese camino. “De hecho, se ha anunciado que hacia fines de noviembre se irá el barco regasificador de Bahía Blanca. Habrá que ver si vuelve en el invierno del año que viene”, afirmó.La capacidad de transporte del sistema Centro-Este, detalló, está saturada en invierno y en verano. “La única vía de salida que tiene la nueva producción neuquina es la exportación a Chile. Aún hay capacidad disponible en Neuba I y II, la cual se colmará con las proyecciones de crecimiento de Vaca Muerta. Y todavía existe un remanente de capacidad en el sistema Tramo Final (Bahía Blanca-Buenos Aires)”, describió.A su entender, el Gobierno quiere reducir el déficit de la balanza comercial energética que se generó comprando caro y vendiendo barato. 

“Se va a necesitar el desarrollo de un nuevo sistema de transporte que vaya desde Neuquén hacia el gran centro consumidor que constituyen la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), el Gran Buenos Aires (GBA) y el Litoral”, apuntó el directivo.Hijos del rigorA criterio de Casares, la potencialidad de Vaca Muerta podría permitir que se sustituyan las importaciones de Bolivia. “Para eso se requerirá nueva infraestructura que lleve el fluido hacia el norte del país”, aclaró. Otro reto a sortear, expuso, pasa por el almacenaje subterráneo, sobre todo teniendo en cuenta las innovaciones tecnológicas de hoy. 

“El LNG también es una opción a considerar. Y hay que pensar en reformular el esquema de transporte y distribución, con nuevas rutas y un nuevo hub de fijación de precios”, argumentó.Adicionalmente, señaló, deberán revisarse las normativas de despacho (NAG 601) y de calidad de gas (NAG 602), aparte de los indicadores de calidad de servicio y los mecanismos de contractualización en el mercado electrónico del gas. Por último, subrayó, será necesario trabajar mucho en el uso responsable de la energía. “Se ha notado un ahorro, tanto de 2016 a 2017 como de 2017 a 2018, que claramente se condice con la normalización de los precios. Esto demuestra, en cierto sentido, que somos hijos del rigor”, concluyó.

Fuente: Revista Petroquímica

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