Hoy, en el Gobierno confirmaron que, tras la baja internacional del valor del petróleo y del dólar (en el último mes), los precios en los surtidores de las estaciones de servicio no deberÃan tener más aumentos y Raizen Argentina (operadora de Shell) anunció bajas de 2,7%, en promedio, desde las 0 de mañana.
"Con la baja del petróleo y la baja del dólar ya están estabilizadas. No tienen por qué subir", dijeron a LA NACION en la SecretarÃa de EnergÃa, que conduce Javier Iguacel. Se trata, más allá de la realidad de los datos, de una mirada interesada en un contexto en el que el Gobierno lucha para desacelerar la inflación. "El precio del combustible es de libre mercado. Pueden poner el precio que quieran", aclararon desde el oficialismo para descartar injerencias.
Sin embargo, en el mercado -y a pesar de la caÃda del consumo en los últimos meses- no consideran tan claro que ese precio de paridad finalmente se haya alcanzado, por lo menos para todos los productos. Algunos creen necesario algún aumentos más, sobre todo teniendo en cuenta no sólo la carrera contra el dólar sino el impuesto a los combustibles que se actualiza trimestralmente, los aumentos a los biocombustibles que decreta el Gobierno y el gravamen a las emisiones de CO2, entre otros costos que tiene la economÃa argentina.
Entre las petroleras que dicen presente en el negocio del downstream incluso se animan a hablar de algunas "presiones" del Gobierno a YPF para acotar a fin de año las subas de precios, algo que descartan tanto en la petrolera estatal como dentro del Palacio de Hacienda. Pese a las ganancias globales de la firma en el tercer trimestre, en el negocio del downstream perdió en $908 millones, según el balance presentado el lunes pasado.
YPF es una referencia para el mercado (tiene más de la mitad de las estaciones de servicio del paÃs) y en la última actualización de precios decidió incrementar sus combustibles un 2% promedio, por debajo de sus dos competidores Axion y Raizen Argentina (operadora de la marca Shell), que subieron entre 4,5% para las naftas y 7% para el diésel. Con esos aumentos, en YPF ratificaron haber alcanzado el precio de paridad de importación. En YPF, la nafta súper se vende a un valor de $37,59; la Infinia, a $44,22; mientras que el diésel está a $33,76 y el gasoil Infinia se vende a $39,87.
Axion, en tanto, decidió bajar, en territorio porteño, 90 centavos el litro de diésel premium: de $42,07 a $41,17 (-2,14%) y al gasoil común, 31 centavos: de $35,29 a $34,98 desde las 0 del sábado pasado. "La baja del gasoil obedece puramente a una estrategia comercial", dijeron desde Axion a LA NACIÓN , dando a entender que no se debe a una decisión tomada en base a su estructura de costos sino a la decisión de competidores.
"Con un crudo a US$65 y tipo de cambio a $36, tenemos todos nuestros productos en equilibrio menos fórmula diésel", dijeron a este medio desde Raizen Argentina.
En el caso de Shell, la nafta VPower no cambiará sus valores y seguirá en $45,75. El resto mostrará descensos. La súper pasará a $38.99, la VPower diésel, a $41,25 y la fórmula diésel, a $35,68.
El precio de los combustibles es una variable seguida muy de cerca por el Gobierno. Más allá de las señales de libertad de precios para impulsar la inversión, tras la devaluación y la suba del crudo, se convirtió en una de las variables (junto al dólar y los precios regulados) para explicar una inflación esperada en 2018 por encima del 45%.
En su presentación a los inversores el lunes pasado, los directivos de YPF afirmaron que el crudo tipo Brent pasó de US$ 84,90 el barril el 1° de octubre a US$69,79 anteayer, una caÃda de 17%. El dólar, en tanto. pasó de $39,60 a $36,97. "Está claro que desde abril hemos estado debajo de la paridad de importación. A pesar de los importantes ajustes todos los meses, no pudimos ponernos al dÃa", dijo el vicepresidente de Estrategia y Desarrollo de Negocios, Sergio Giorgi. El directivo aclaró que en el último trimestre sà se logró en la mayorÃa de combustibles, a excepción del diésel regular. "Continuaremos monitoreando el mercado y las condiciones del negocio antes de realizar los ajustes necesarios", avizoró y cerró diciendo que subas permanentes resultan en un debilitamiento de la demanda, lo que es "negativo para el negocio".
Fuente: La Nación
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