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"La dirección de YPF está equivocada"

23/07/2018 | ARGENTINA | Actualidad | 626 lecturas | 27 Votos



"Cuando veo que en su plan de negocios es más importante la generación de energía eléctrica, que la exploración petrolera, veo una empresa equivocada", afirmó Jorge Lapeña.




Es una de las voces más respetadas en el mundo de la energía. Secretario del área y presidente de YPF durante el gobierno de Alfonsín, presidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica con De la Rúa y presidente de Transener con Macri, su militancia radical, no le impide trazar serias críticas a la política de Cambiemos para el sector. La intención del ministro Aranguren de privatizar Transener lo hizo renunciar al cargo, decisión que tomó sin mayores escándalos ni reproches públicos. Lapeña preside el Instituto Mosconi , acaso el think tank de energía más prestigioso del país. Con Macri entrando en el tramo final de su mandato accedió a dialogar con LPO sobre lo que fue y lo que falta en materia energética, en una charla que tuvo un hilo conductor: La ausencia de una verdadera estrategia de desarrollo petrolero. 

¿En dónde queda ubicada la política energética del Gobierno, luego de la salida de Aranguren y el ingreso de Iguacel? 

Creo que la gestión de Aranguren se caracterizó por generar problemas políticos y ahora el presidente decidió introducir este cambio importante. Sin embargo, aún no conocemos a través de un discurso formal al ministro Iguacel. Iguacel no es un actor conocido del sector energético, sabemos escasas cosas sobre su currículum, no tengo el gusto de conocerlo personalmente. 

¿Cuándo habla de los ruidos políticos que generó Aranguren, se refiere a las discusiones con el radicalismo? 

Con el radicalismo tuvo algunos problemas, pero hubo un problema con la sociedad que no entendió la política de tarifas que implementó, parte de la cual era necesaria. Si uno compara como se toleraron los incrementos en el sector transporte, vemos que en un caso tuvimos problemas muy grandes y en el otro pasaron desapercibidos. 

Es evidente que las tarifas estaban atrasadas. La política kirchnerista fue desastrosa, irracional, no puedo entender como un país como la Argentina pudo tener tarifas congeladas por quince años y pretender que el sector energético siguiera funcionando. Las correcciones debían hacerse, pero me parece que no se midió bien el impacto que iban a tener en la macroeconomía y creo que contribuyó a eso que en los primeros años no existió un ministro de Economía que coordinara esa etapa. 

Cristina suele explicar lo que hizo con las tarifas, diciendo que por esa vía construyó un salario indirecto para la gente... 

Es verdad y lo hizo de una forma irracional. La Presidenta confirma así que fue irracional, porque llevó a la quiebra al sector energético argentino, lo llevaron a la situación más delicada que tuvo en los 120 años de historia energética del país. Esto había que corregirlo porque los subsidios que se pagaban emitiendo, eran insostenibles y no estaban justificados socialmente, pero la manera en que se intentó corregirlo generó problemas graves. 

¿Qué piensa del proyecto votado y vetado que le ponía un límite a los aumentos? 

La idea de retrotraer todo a la situación previa la considero destituyente. 

Es una muestra más de la característica agonal de la política argentina. Es decir, oficialismo y oposición no actúan de forma colaborativa para llegar a acuerdos que eviten estas situaciones. Cualquiera que nos mire puede llegar a la conclusión que más que hacer una política para resolver problemas, la estamos haciendo para impedir que el otro haga lo que quiere. 

El radicalismo y usted mismo desde el Instituto Mosconi fueron muy críticos de la idea de privatizar Transener ¿Esto influyó en la salida de Aranguren? 

No le doy tanta importancia al Instituto Mosconi respecto a que el Gobierno haya cambiando su posición respecto a esto. Pero sí puedo decir que la idea de vender las acciones del Estado en Transener fue un hecho impropio, no justificada, ni conversada al interior de Cambiemos. Cuando se tomó esa decisión yo era el presidente de Transener y me enteré por el diario y no pude conversar con el ministro Aranguren de una forma racional, para explicarle porque pensábamos que era un extraordinario error. En este caso el mecanismo de toma de decisiones falló y generó un disgusto, no sólo con el Instituto Mosconi, sino con parte del radicalismo. 

¿Por qué está mal privatizar Transener? 

Yo no me opongo a las privatizaciones, pero también creo que la privatización de YPF fue un hecho desastroso del cual todavía estamos pagando las consecuencias, entre ellas haber perdido el autoabastecimiento energético, que la Argentina había logrado trabajosamente después de 80 años de perseguirlo con todos los gobiernos. Un hecho que no se corrigió con la estatización kirchnerista, que no resolvió el problema de esa extraordinaria empresa que era YPF, columna vertebral del sistema energético argentino y que hizo todos los descubrimientos de gas y petróleo. Además, esta pérdida del autoabastecimiento se tradujo en ausencia de dólares, importaciones crecientes y la aplicación del cepo. Una situación que seguimos viviendo y que está atrás de la corrida de Mayo y la ida al FMI. Por eso, ubico como una causal profunda de esta falta de dólares, la privatización de una empresa estratégica. La UCR calificó de ideológica e irracional la venta de Transener El otro ejemplo es la privatización total de la empresa Agua y Energía Eléctrica y la empresa Hidronor. A partir de ese momento, la Argentina que tenía un 60 por ciento en la matriz energética de energía hidroeléctrica, dejó de construir centrales hidroeléctricas y hoy es apenas el 30 por ciento del sistema. Por eso, hay que tener cuidado cuando se hacen privatizaciones totales. Creo en el capitalismo y creo que la inversión privada es absolutamente necesaria para el despegue de Argentina, pero cuando miramos que Transener tiene el monopolio exclusivo en todo el territorio y por 90 años de la transmisión de energía eléctrica en extra alta tensión, que el 70 por ciento de la energía que se consume en la Argentina pasa por sus redes, que reúne toda la intelectualidad eléctrica del país y que es una empresa que funciona muy bien y donde el Estado con el 26 por ciento de las acciones tiene presencia en el manejo de la compañía y así puede supervisar el sistema, me parece que vender esa participación trae mas problemas que beneficios. Además, plantear esto como hizo Aranguren, como un simple negocio, sólo porque la acción se había valorizado, me parece inconveniente. 

¿Piensa que aún existe la posibilidad de su privatización? 

Creo que ahora será muy difícil concretar esa venta. A fines del 2016 esta empresa tenía un valor de mercado de 400 millones de dólares y hoy vale 150 millones, por lo que ya no hay argumentos de ningún tipo para hacerlo. 

Espero el discurso de Iguacel para ver que dice sobre esto. 

Vaca Muerta

Usted mencionó la restricción externa estructural que sufre la Argentina. Iguacel sostiene que cuando Vaca Muerta se desarrolle en plenitud van a ingresar al menos 15 mil millones de dólares por exportaciones de energía, que es más que lo que genera el campo.

Tiene razón. Si Vaca Muerta estuviera en plenitud como se hizo en Estados Unidos, la Argentina podría ser un exportador mundial de energía. Pero el ministro Iguacel va a tener que explicar como se alcanza ese objetivo, con que cronograma y que inversiones. Vaca Muerta es una potencialidad con recursos de magnitud mundial, pero que no son reservas. Reservas son recursos cuantificados y que son explotables con las tecnologías y precios actuales. Esto no ha ocurrido en la Argentina. La industria petrolera argentina en el estado actual y con estos precios no puede extraer los recursos, por lo tanto Vaca Muerta es todavía una utopía, que puede ser una realidad, pero no he visto el plan de negocios ni el plan estratégico de la Argentina que determine que se va a poner en marcha en un período determinado y con una producción determinada. Hay que ponerse las pilas y pensar que no podemos planificar un Vaca Muerta a puro subsidio como está pensado hoy, porque esto es un gigante con pies de barro. Entonces, plan de negocio en serio, plan de inversiones en serio y pronósticos de producción ajustados. 

¿Hay un exceso de optimismo o marketing respecto a Vaca Muerta? 

No se si por ingenuidad o adrede se confunde recursos con reservas. Voy a dar un ejemplo: Nosotros como Estados Unidos, tenemos disponible el recurso de la Luna, que pasa todos los días por arriba de la Argentina; sin embargo Estados Unidos pudo poner un hombre en la Luna en 1969 y la Argentina no. Entonces, tener un recurso no significa saber explotarlo y saber explotarlo no significa poder explotarlo, si no tengo un entorno macroeconómico que me garantice al menos la estabilidad de la moneda.

Usted parece reclamar un plan estratégico para el sector petrolero ¿Podría dar algún ejemplo reciente? 

Deberíamos mirar más a dos presidentes: Arturo Frondizi y su batalla del petróleo y el Plan Houston de Alfonsín, que lo anunció en esa ciudad y se implementó a través de más de 70 contratos, que fue desde el punto de vista de la exploración el esfuerzo más grande de la Argentina para atraer capitales privados a ese tipo de políticas. 

Gracias a políticas similares a estas Brasil ha descubierto yacimientos extraordinarios y en las Islas Malvinas hay un boom petrolero desde 1995. Esta es una línea de acción que el gobierno de Cambiemos no intentó aplicar. La otra experiencia es la de Frondizi que encontró un YPF que producía 4,7 millones de metros cúbicos por año de petróleo y el sector privado 300 mil. Teníamos un país que producía 5 millones de metros cúbicos por año y consumía 15 millones. Ante esta situación, Frondizi encomendó a YPF multiplicar su producción y cuando se va luego del golpe en 1962, deja una YPF que ya producía 10 millones de metros cúbicos por año. Es decir, en cuatro años más que duplicó su producción. Frondizi además en algunas áreas que había descubierto YPF, una de ellas es Cerro Dragón, hace un sistema de contratos con empresas privadas y logra que estas compañías trabajando por contratos de obras y servicios, produzcan el petróleo y se lo entreguen a YPF, pasando de una producción de cero en 1958 a 5 millones en 1962. Eso es un boom petrolero extraordinario que sirve como ejemplo de lo que Argentina tiene que hacer. Yo me pregunto. ¿Un Gobierno que tiene un ministro que se llama Frigerio, no se va a entusiasmar tratando de aggiornar una política parecida a la que hizo su abuelo con Frondizi? ¿Y un gobierno que tiene adentro a la UCR no se va a entusiasmar implementando un plan de inversiones como el de Alfonsín? Esto nos sacaría de la abstracción que veo en estos años. Argentina desde 1998 viene bajando su producción petrolera año a año, con gobiernos que no se sensibilizan ante esta situación desgraciada. 

¿Qué es lo que falta? ¿Recursos, políticas? 

Para muchos el resultado más probable era que la elección la iba a ganar Scioli. La llegada de Macri y Cambiemos fue un Cisne Negro. Y se produjo algo que yo no había visto en mi vida política, que es que los partidos asuman el poder sin un programa de Gobierno. Sin embargo, en el área energética había un programa tácito, porque Macri había firmado junto a otros candidatos la declaración de compromiso de política energética. El Instituto Mosconi acaba de hacer un análisis del grado de cumplimiento de ese compromiso y no tiene cumplimiento. Es decir, no tener un programa inicial consensuado y el que tenían no haberlo aplicado, generó en el Gobierno una zambullida en lo existente, que era todo a Vaca Muerta, que era lo que venía del kirchnerismo. Esto generó en la industria petrolera la idea que la única salida era Vaca Muerta. Y el gobierno actual en vez de poner esa idea en discusión, la siguió con una fe incluso más grande que los anteriores. (...)

Fuente: La Política Online

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