Enarsa, la compañía estatal que maneja la operación, firmó dos contratos con la petrolera Enap, también de pública, para el gas que llega de la terminal de Mejillones, ubicada en el norte de Chile. Lo hizo en nombre y representación de Solgas (sociedad del grupo Engie), que es la propietaria de la terminal.
“Para este contrato la ley aplicable fue la del Estado de Nueva York porque el grupo Suez, controlante indirecto de la empresa Solgas, planteó que su política corporativa le impide litigar en Sudamérica, por lo que propuso únicamente como alternativas Londres, con ley inglesa, o Nueva York, con ley americana, lo que es muy habitual en este tipo de contratos internacionales de compra de crudo o gas”, según figura en un informe enviado por la Jefatura de Gabinete, que maneja Marcos Peña, al Congreso.
La gestión kirchnerista de Enarsa había aceptado reglas similares y había empleado la ley inglesa, con jurisdicción arbitral en Londres, para la compra de LNG.
Un segundo contrato firmado con Enap contempla el abastecimiento de la terminal de GNL Quintero, ubicada en la Quinta Región de Valparaíso. En ese caso, el contrato se rige por la Convención de las Naciones Unidas sobre los Contratos de Compraventa Internacional de Mercaderías, que es derecho internacional ratificado tanto por la Argentina como por Chile. En caso de una disputa, el conflicto se resolverá en la Capital Federal, bajo las reglas de la Cámara Internacional de Comercio, con sede en París.
Fuente: El Inversor Online
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