Allí estaban los dueños y gerentes de las petroleras, la plana mayor de la secretaría de Energía bajo el comando de Javier Iguacel, y el gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez. Pero los más requeridos eran el ex ministro Juan José Aranguren y el sindicalista Guillermo Pereyra quien hablaba maravillas de Vaca Muerta que hoy ocupa a 30.000 trabajadores.

Gutiérrez dijo que hay US$ 165.000 millones de inversión comprometidos en los próximos años de los que se concretaron US$ 20.000 millones, producto de la concesión del 27% de la superficie y apenas cuatro proyectos -de 34 anunciados- que se encuentran en etapa de desarrollo masivo.

Tras el encuentro, muchos fueron a la Casa Rosada para una reunión con el denominado plenario de la Mesa de Vaca Muerta que presidió Mauricio Macri.

“Hoy cambió el paradigma. La Argentina tiene, sobre la base de los recursos de Vaca Muerta, la posibilidad de darle a todo el país una altísima competitividad industrial a partir de un gas abundante, limpio y a precios más bajos�, dijo Iguacel. El secretario señaló a Clarín que regresó la competencia en el mercado de combustibles y no observa nuevos aumentos hacia delante.

“Ahora que tenemos autoabastecimiento claro no es necesario hacer tanto papeleo para exportar y eso va a permitir tener otro poder de fuego a las empresas�, explicó un petrolero que se sentó en la mesa principal que reunió entre otros a Miguel Gutiérrez (YPF), Carlos Ormachea (Tecpetrol), Teófilo Lacroze (Raizen), Marcos Bulgheroni (PAE) y Daniel De Negris (Exxon).

Algunos prestaron atención a las proyecciones sobre el precio del crudo y cómo puede afectar a Vaca Muerta si se profundiza la baja. Pero ayer el mercado dio una buena señal: el crudo en Texas subió 2,8% y se situó en US$ 52,58 el barril, mientras el Brent creció 2,4% y cerró en US$ 61,53.