Desde las elecciones PASO de agosto el nivel de inversiones y actividad en Vaca Muerta ingresó en un marcado parate, definido por las operadoras como un wait and see, ante el nuevo gobierno por venir.

El período electoral ya pasó y el nuevo gobierno asumió el mando del país, pero aún no son muchas las señales claras que se han dado en torno a las políticas que se aplicarán en el sector energético.

Una de las movidas más claras fue la designación del economista Guillermo Nielsen como el nuevo presidente de YPF, en una modificación que permitió que el anterior presidente, Miguel Gutiérrez, continúe dentro de las filas de la petrolera de bandera como director por las acciones independientes.

Esta modificación fue interpretada por la industria como un gesto de transición ordenada y, por ende, como un paso positivo.

La semana pasada las miradas se posaron en torno a los cambios en las retenciones a los hidrocarburos. El texto final de la Ley de Emergencia marcó un leve incremento -del 6,7 al 8%- pero como tope máximo.

Nuevamente la modificación fue vista como un gesto hacia la actividad petrolera, dado que el proyecto inicial preveía elevar las retenciones al 15%.

Pero aún quedan más políticas por definirse como son la forma en la que se aplicará el congelamiento de las tarifas, en especial de gas, por 180 días.

Tampoco hay señales claras en torno a otras iniciativas, en especial a la Ley Vaca Muerta, que si bien es habitualmente mencionada, poco se sabe sobre su letra fina y en especial sobre cuándo será presentada ante el Congreso.