
En medio de los paisajes áridos y ventosos de la Patagonia, una lÃnea metálica de437kilómetros comienza a trazar una nueva ruta energética para la Argentina. Se trata del oleoducto Vaca Muerta Oil Sur (VMOS), una de las obras de infraestructura privada más grandes de las últimas cinco décadas, ejecutada por Unión Transitoria de Empresas (UTE), un consorcio conformado por el grupo Techint -en manos de Paolo Rocca- y la constructora Sacde -propiedad de Marcelo Mindlin-.
La traza se extiende en la provincia de RÃo Negro, desde la localidad de Allen hasta la de Punta Colorada, sobre la costa atlántica. Y según precisaron, permitirá transportar hasta 550.000 barriles de petróleo por dÃa hacia 2027, abriendo la puerta a exportaciones por más de US$15.000 millones anuales a precios actuales.
"Este es el oleoducto más grande que se hizo en la historia argentina, en capacidad de transporte. Genera las condiciones para que las petroleras puedan producir sin limitaciones. La única restricción que quedaba era cómo sacar el petróleo", explicó Damián Mindlin, presidente de Sacde.
La magnitud de la obra impone desafÃos que van más allá de la técnica. La traza recorre cerca de400kilómetros por zonas inhóspitas, con fuertes vientos constantes y escasa infraestructura. Además, incluye 76 cruces especiales -entre rutas, rÃos secos y quebradas-, donde se emplean técnicas especÃficas.
"La complejidad consiste en administrar la logÃstica de la obra. Tenemos muchas personas trabajando, lejos de los pueblos y de las ciudades, a quienes debemos alimentar, trasladar y cuidarla", señaló Pablo Brottier, director ejecutivo de Sacde. Actualmente, más de 1500 personas trabajan en el proyecto, distribuidas entre tres campamentos operativos, y tres obradores principales, donde se concentran los talleres, almacenes y oficinas administrativas.
Para Ricardo Unzner, deputy project manager, el secreto radica en la tarea de coordinación, que incluye una serie de fases continuadas: la apertura de la pista, la zanja, la doble soldadura -la unión de dos caños en los campamentos-, el "desfile militar" -la disposición de los caños a un costado de la traza-, la soldadura, el recubrimiento y el tapado. "Si uno se detiene, se detienen todos", remarcó.
Apoyados en esta logÃstica, desde las compañÃas dijeron que ya rompieron récords históricos de productividad en Latinoamérica. Con tecnologÃa de soldadura automática, el equipo logró 175 soldaduras en un solo dÃa, lo que equivale a más de 4 kilómetros de ducto. Al inicio, hacÃa entre 60 y 80 soldaduras diarias, mientras que hoy el promedio supera las 140.
En tanto, Brottier precisó: "La soldadura presenta un avance del 90%. Ya desactivamos las etapas de pista, desfile, zanja, planta doble junta, y la próxima en desactivar es la de soldadura, prevista para los primeros dÃas de noviembre. El avance ponderado de las obras es del 70% y prevemos alcanzar el 100% en marzo: detrás de la soldadura le siguen tapada, prueba hidráulica y obras especiales. Nuestro contrato para la construcción fue de US$600 millones. A nivel general, el avance de VMOS es del 30%".
Impacto económico Con una inversión total aproximada de US$3000 millones, que permitió su adhesión al Régimen de Incentivo alas Grandes Inversiones (RIGI), el proyecto es desarrollado por VMOS, una sociedad homónima conformada por YPF, Pan American Energy, Vista Energy, Pampa EnergÃa, Chevron, Tecpetrol, Pluspetrol, Shell Argentina y GyP.
El oleoducto incluye también dos estaciones de bombeo -a cargo de AESA, una empresa subsidiaria de YPF, y de la neuquina Oilfield Production Service (OPS), respectivamente-, que permitirán transportar 180.000 barriles diarios en la primera etapa, a finales de2026. Con la puesta en marcha de una tercera, se prevé escalar a los550.000al año siguiente. Y una cuarta habilitarÃa su capacidad máxima, de 700.000.
Fuente: La Nación
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