No eran ambientalistas, sino vecinos. No hay geólogos o ingenieros entre ellos. Son habitantes de Jáchal, un departamento sanjuanino de unos 25 mil habitantes a los que una multinacional les prometió "el oro y el moro", pero que una década después ni siquiera tienen una calle con un asfaltado decente para alardear. La señal de telefonÃa es pésima e Internet se cae cada dos por tres. El desempleo, según el propio municipio, es del 25%. Y en ese escenario, se enteraron -casi de casualidad- que entre el 12 y el 13 de septiembre del año pasado su vecina más famosa, la mina Veladero, de Barrick Gold, derramó millones de litros de una solución con cianuro y otras sustancias tóxicas, y que parte de ese lÃquido llegó al rÃo Potrerillos.
Dieciocho de esos vecinos, todos miembros de la Asamblea Jáchal No Se Toca, viajaron esta semana a Mendoza y a la Ciudad de Buenos Aires para reclamar la aplicación de la ley de glaciares y exigir respuestas concretas al derrame de cianuro, del que sólo tienen una certeza: que ocurrió. El resto es casi un misterio. Hoy ni siquiera el municipio les comparte los resultados de los análisis que hace sobre la calidad del agua.
"Es desesperante no saber qué tomamos, qué toman nuestros hijos. Y si nos ocultan información, peor", lamentaron los vecinos Faustino Esquivel, Gustavo Herrmann y Saúl Zeballos, en una entrevista con Infobae, en la que contaron cómo es la vida en su pueblo después de la tragedia ambiental minera más grande de la historia argentina.(...)
Fuente: Infobae
1006 lecturas | Ver más notas de la sección Medio Ambiente