
En un paÃs cuyos gobiernos se destacan por aplicar polÃticas de corto plazo, hay por lo menos un sector que se ilusiona con proyectos que recién podrÃan concretarse en siete años. O tal vez nunca, pero no por eso se deja de planificar.
La idea de que la Argentina pueda posicionarse como exportador de gas natural licuado (GNL, la versión lÃquida del gas) entusiasma a varias empresas, que ya tienen en marcha el estudio de un proyecto que costarÃa al menos US$6000 millones.
Las importaciones de gas representaron US$12.868 millones el año pasado, según el Indec. Pero ese número estuvo explicado por la disparada de los precios internacionales del GNL. En 2021, las importaciones de gas le demandaron al paÃs US$5843 millones. Ese número podrÃa cambiar si se modificara la ecuación energética.
El proyecto comenzó a pensarse en 2017, cuando Tecpetrol –el brazo petrolero de Techint– confirmó que la productividad de Vaca Muerta era de nivel mundial. Tecpetrol habÃa invertido US$2300 millones en 2016 para desarrollar de cero el yacimiento FortÃn de Piedra y en pocos años se convirtió en el cuarto productor de gas del paÃs, con el 10% de la oferta nacional.
Hasta ese entonces, YPF habÃa sido la primera en asumir los riesgos acerca de la calidad de Vaca Muerta, junto con sus socios internacionales Chevron y Dow. Casi 10 años después de esta incursión, ya no hay dudas sobre el potencial de la roca y cada vez hay más empresas que destinan sus inversiones a la producción no convencional. Es el caso de Total, Pan American Energy (PAE) y Pampa EnergÃa, entre otras.
Tanta producción generó un nuevo problema. El consumo de gas, a diferencia del de petróleo, no es constante: en invierno, la demanda residencial se quintuplica por las bajas temperaturas, y se pasa de una demanda total de 130 millones de metros cúbicos por dÃa (m3) a 190 millones de m3/d.
También, a diferencia del petróleo, el gas no se puede almacenar (es muy costoso). Entonces, el problema: si se produce oferta nacional para abastecer los picos de demanda, ¿qué se hace con el gas durante los ocho meses restantes del año? Como no es económicamente eficiente desperdiciar gas durante ocho meses, la Argentina importa GNL y gas de Bolivia durante el invierno para cubrir las bajas temperaturas.
Pero este problema se podrÃa resolver si el paÃs exportara el excedente. De esta manera, se producirÃa el total de gas que se necesita en invierno y el resto del año se venderÃa esa producción al exterior.
Fuente: La Nación
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