
De poco valdr铆a un acuerdo de c煤pulas, por consistente que fuera, si luego lo escrito no es aceptado por las comunidades en las que podr铆an desarrollarse los futuros proyectos.
Aparentemente esto est谩 siendo considerado por algunos responsables pese a que el tiempo que se han fijado es perentorio pues se aspira llegar a la pr贸xima Feria Internacional de Toronto con un esquema legal claro y de respeto a largo plazo. Los recientes viajeros a Canad谩, muchos de los cuales lo hacen con frecuencia anual, notaron que no ha sido suficiente el cambio de gobierno y de par谩metros macroecon贸micos para convencer a inversores amedrentados por los sucesivos virajes que diera el Gobierno anterior modificando reglas de juego de contratos en ejecuci贸n.
La Ley de Inversiones Mineras garantiza en su texto el mantenimiento de las condiciones impositivas para todo el lapso de un proyecto, no obstante lo cual se impusieron restricciones fuertes como, por ejemplo, la prohibici贸n de girar dividendos al exterior, la obligaci贸n de liquidar el total de d贸lares de lo exportado en un Banco Central que impon铆a una tasa de cambio ficticia retrasada respecto de la real, devoluciones tard铆as de IVA a valores nominales con alta inflaci贸n, agregado de retenciones y una bater铆a de modificaciones que hicieron caer o directamente desaparecer la rentabilidad de minas en explotaci贸n y desaparecer la exploraci贸n. Localmente tambi茅n hubo innovaciones como 鈥減edir鈥 alg煤n fideicomiso o modificar el c谩lculo de regal铆as.
驴Habr谩 certeza de que eso no vuelva a ocurrir? Evidentemente no basta con las ideas del Gobierno de turno sino tambi茅n de los consensos con la oposici贸n, al menos la parte de ella que pueda constituir en el futuro una mayor铆a estable. Esto es ni m谩s ni menos que volver a trabajar en la consolidaci贸n de una pol铆tica de Estado, que rigi贸 varios a帽os, desde la misma sanci贸n de la Ley hasta la administraci贸n de Cristina, per铆odo en el que llegaron las inversiones directas m谩s grandes de toda la historia minera de Argentina.
Otra cuesti贸n es ver si el pa铆s podr谩 comportarse como tal y no como un conjunto an谩rquico de provincias y municipios en que cada cual act煤a como le parece. Esta ser谩 la parte m谩s dif铆cil y es lo que m谩s dudas origina afuera. Se tiene claro que, pese a una legislaci贸n general com煤n, cada provincia, y hasta cada municipio se comportan como distritos aut贸nomos no sujetos a una misma regla, por m谩s que formalmente esa regla exista.
As铆, no es lo mismo San Juan que Mendoza o Catamarca que La Rioja. Poblados peque帽os como Andalgal谩 o Esquel tienen sus propias ideas y han mostrado m谩s capacidad de llevarlas a la pr谩ctica que las autoridades nacionales. En algunos casos han sancionado prohibiciones sin la debida legitimaci贸n de jurisdicci贸n, no admitiendo autoridad superior que la propia, un comportamiento tribal con caciques que no parecen provenir de la democracia ni de la rep煤blica. (...)
Fuente: Diario de Cuyo
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