Sin embargo, el segmento de energía registró una notable mejora respecto al 2022 y se espera que cierre el año en una situación de equilibrio. De acuerdo a un informe de la consultora ABECEB, “ el deterioro del saldo comercial en 2023 no será mayor gracias al notable achicamiento del déficit en la balanza comercial energética que pasaría de un saldo negativo de USD 4.359 millones en 2022 a un ligero déficit entorno a USD 1.000 millones en 2023, no pudiendo descartarse incluso un virtual equilibrio”. 

En concreto, el primer semestre energético cerró con un rojo de 735 millones de dólares, a partir de ventas externas por 3.782 millones e importaciones de 4.517 millones, ambas con caídas de 5,9% y 32,9%, respectivamente, a raíz de la baja de los precios internacionales tras los picos históricos del 2022. Los rubros más afectados de las exportaciones fueron las grasas y aceites carburantes (-31,4%), el petróleo crudo (-16,3%), y los carburantes (-12,2%), mientras que el gas de petróleo, otros hidrocarburos gaseosos y la energía eléctrica crecieron un 38,8% de forma interanual. En tanto, compras externas más afectadas fueron el fueloil (-48,7%), el gasoil (-47,9%), el gas natural en estado gaseoso (-42,6%), las gasolinas (-34,4%) y el gas natural licuado (-25,6%). 

Como contrapartida, la importación de energía eléctrica saltó un 54,1% producto de la ola de calor del primer trimestre. En un desagregado de estos primeros seis meses, se puede observar el claro efecto de las bajas temperaturas, dado que el primer cuatrimestre había acumulado un superávit comercial y el último bimestre evidenció el clásico incremento de las compras energéticas invernales. Para el segundo semestre, ABECEB sostiene que se dará una mejora a partir de un incremento exportador tras la habilitación del oleoducto Otasa a Chile, al mismo tiempo que la entrada en operación del Gasoducto Néstor Kirchner permitirá una mayor sustitución de importaciones. 

Ya para 2024, la consultora proyecta una consolidación todavía mayor de la balanza comercial energética “de la mano del pleno funcionamiento del gasoducto Néstor Kirchner” que, sumado a la reversión del efecto sequía -que permitiría un aumento de por lo menos USD 15.000 millones en las exportaciones agropecuarias- revertiría el rojo comercial dando paso a un fuerte superávit.