
Cuando en noviembre de 2011 Repsol- YPF anunció el descubrimiento de casi 1.000 millones de barriles equivalentes de petróleo y gas en Vaca Muerta, la noticia fue celebrada con una mezcla de entusiasmo y escepticismo. ¿PodrÃa realmente Argentina convertirse en un actor relevante en el mundo de los hidrocarburos no convencionales? ¿SerÃamos capaces de desarrollar una industria con la escala, la inversión y la innovación necesarias para estar a la altura de semejante potencial?
Casi quince años después, la respuesta es contundente: sin duda se puede. Y aún más importante: lo mejor todavÃa está por venir.
El desarrollo de Vaca Muerta es, en muchos aspectos, la historia de una polÃtica energética que logró mantenerse con visión de largo plazo, incluso en contextos macroeconómicos desafiantes.
Es también la historia de una industria que supo innovar, asociarse, competir y evolucionar.
Desde aquellos primeros 15 pozos verticales de 2011 con apenas 5 mil barriles diarios, hasta los casi 450 mil barriles por dÃa en 2025, el trayecto ha ido notable. Empresas de todo tipo se han sumado: petroleras internacionales como Shell y Total Energies; y nacionales como YPF y Pan American Energy entre otras. Vaca Muerta es hoy un "shale play" de nivel mundial.
En este camino, un punto de inflexión fue el acuerdo YPF-Chevron en 2013, esponsorizado por la Provincia de Neuquén. El desarrollo de Loma Campana marcó el inicio de la perforación a escala industrial. Sucesivamente, fueron llegando nuevos jugadores que trajeron más inversión y tecnologÃa; lo que potenció el crecimiento de la cuenca y redujo aceleradamente los costos.
La inversión en la cuenca es impactante; desde 2013 acumuló más de 50 mil millones de dólares. El ritmo de la misma fue creciente, desde unos pocos millones de dólares al año a más de 9 mil millones en el 2024. Si bien al inicio YPF dominaba la actividad en la cuenca, este año más de la mitad de los pozos fueron perforados por otras compañÃas.
* Poco a poco, con mucho esfuerzo, la industria fue consolidando un ecosistema competitivo, eficiente y en constante evolución. De los 56 pozos activos en 2013, hoy tenemos más de 2.000 pozos operativos, con el 83% ya horizontales, muestra el salto tecnológico. Basta imaginar un perforador comandado desde Neuquén capital que opera un trépano en el extremo occidental de Neuquén, al pie de la cordillera, a 2.300 metros de profundidad y con 3.000 metros horizontales, navegando en una franja de 10 metros de espesor de roca. Un verdadero hito tecnológico.
* En paralelo, se expandió la infraestructura necesaria para movilizar los recursos: desde la ampliación y construcción de nuevos oleoductos y gasoductos a las obras en los puertos de exportación. La apuesta ha sido clara: llevar el gas y el petróleo desde la roca hasta los hogares y las industrias, en Argentina y en el mundo.(...)
Fuente: ClarÃn
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