La especialista en temas de consumo y periodista, Carolina Suárez, consideró que “en función a los combustibles, mientras no hay un aumento, se puede presumir que el congelamiento puede transformarse en un problema a futuro para el presupuesto real de la economía familiar y nacional”.

Estimó que por más buena voluntad que haya en las autoridades, los aumentos van a llegar aunque el gobierno no quiera. “El congelamiento retrasa un incremento pero no se elimina”, afirmó.

Agregó que hoy tenemos una realidad concreta que pasa por el hecho de que se están frenando los servicios básicos y las tarifas que sin embargo no le sirven al consumidor para alivianar los costos en su bolsillo, que a su vez repercute en la compra de combustibles.

“Tarde o temprano el aumento se va a activar, sin importar si son 180, 120 o 90 días, ni hablar del impuesto que sigue suspendido y el retraso del que hablan las petroleras, lo que causará consecuencias que nadie quiere en el poder adquisitivo de los salarios”, detalló Suárez.

En ese sentido, reiteró que a medida que los sueldos pierden valor, el consumidor de las Estaciones de Servicio reacciona de la misma manera que lo hace cuando elige productos de primera necesidad en el almacén o el supermercado.

“Es decir que, al momento de gastar en combustibles, prima la necesidad y el presente, por lo cual el comprador prioriza el menor gasto en función de un cuidado preventivo de su automóvil, eligiendo gastar en nafta de menor valor en detrimento de las Premium”, alegó Suárez.

Finalmente, aseguró que en la medida en que las petroleras decidan recuperar los precios a través de una supuesta liberación de los combustibles de mayor octanaje, serán sus pares más económicos los que incrementarán sus ventas.