En su primera resolución del año, la comisión de “planificación y coordinación estratégica del plan de inversiones hidrocarburÃferasâ€â€“que fue creada tras la restatización de YPF y que controla el ministro de EconomÃa, Axel Kicillof– fijó las reglas de juego para la importación de crudo liviano que se instrumentará por medio de Enarsa y tendrá como principal beneficiaria a la restatizada YPF que conduce Miguel Galuccio. Con el nuevo esquema normativo, la administración kirchnerista busca resolver el problema que se generó por la caÃda de casi el 20% que se ha registrado en los últimos tres años en la extracción del crudo liviano local “Medanitoâ€. Este tipo de petróleto es el más utilizado por las destilerÃas locales porque permite procesar una mayor cantidad de naftas y gasoil.
La importación de petróleo liviano–que según los funcionarios será de “caracter excepcional y por el término de un año– apunta a incrementar la producción local de combustibles liquidos y reducir, en parte, las compras externas de naftas y gasoil que están previstas para este año.
De acuerdo con lo que establece la “letra chica†de la resolución, se podrán importar unos 9.000 metros cúbicos diarios de petróleos similares al crudo local tipo “Medanitoâ€. De este total, el 49%–4.416 metros cúbicos diarios–se los llevará YPF. Por su parte, Shell recibirá el 24%; Oil, casi el 15% y el resto irá para las destilerÃas de Axión y Petrobras.
Ahora bien, la norma que habilita la importación establece que las refinerÃas pagarán un “precio fijo†de 82 US$ por barril por el crudo que recibirán en la zona portuaria de BahÃa Blanca. Ese valor es practicamente el mismo que están abonando ahora por la producción local.
Pero, el valor actual del petróleo que deberá importar Enarsa para luego revenderlo a las petroleras se ubica en torno de los US$ 110 el barril. La diferencia de US$ 28 por barril será cubierta por el Estado con el fin de que no se traslade a los precios finales de los surtidores.
De esta manera –según los cálculos que barajan los técnicos del sector– las importaciones en juego para este año terminarán costando unos US$ 2.200 millones, de los cuales las destilerÃas van a tener que pagar US$ 1.640 millones, quedando los restantes US$ 560 millones como un nuevo subsidio para el área energética que saldrá de los recursos presupuestarios.
Los funcionarios de la comisión energética–que preside el viceministro de EconomÃa, Emmanuel Alvarez Agis– apuestan a cubrir ese “rojo†con los ahorros que se obtengan por las menores importaciones de naftas y gasoil y los ingresos adicionales de las exportaciones de crudos pesados que dejarÃan de demandar las destilerÃas.
Fuente: ClarÃn
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