
El crecimiento futuro, seg煤n coinciden los principales referentes de la actividad, depender谩 casi exclusivamente de la capacidad exportadora. Ese diagn贸stico fue planteado con claridad por Ernesto L贸pez Anad贸n, presidente del Instituto Argentino del Petr贸leo y del Gas (IAPG), quien sostuvo que la industria ya cubre la demanda local y que todo el esfuerzo en marcha solo se justifica si se consolida un esquema de exportaci贸n sostenido de petr贸leo y gas. En ese marco, el desaf铆o adquiere una dimensi贸n in茅dita: perforar alrededor de 1.000 pozos por a帽o y movilizar inversiones del orden de los 20.000 a 30.000 millones de d贸lares anuales. El impacto macroecon贸mico de este proceso ya empieza a reflejarse.
La combinaci贸n de mayor producci贸n, incremento de exportaciones y ca铆da de importaciones permiti贸 recomponer la balanza comercial energ茅tica, que cerrar铆a 2025 con un super谩vit superior a los 7.000 millones de d贸lares. De sostenerse la tendencia, ese resultado podr铆a multiplicarse en los pr贸ximos a帽os y convertir al sector en uno de los principales generadores de divisas de la econom铆a. El cambio de perfil productivo vino acompa帽ado por un ciclo de obras que resultan determinantes para el nuevo escenario. La ampliaci贸n de los sistemas de transporte de gas, la reversi贸n del Gasoducto Norte para habilitar mayores exportaciones regionales, la expansi贸n del sistema de crudo de Oldelval y el avance del oleoducto Vaca Muerta Sur forman parte de una red de infraestructura pensada para evacuar mayores vol煤menes hacia los mercados externos.
A ese entramado se suman los proyectos de gas natural licuado, que avanzan en distintas etapas y buscan posicionar a la Argentina como proveedor global. Las iniciativas lideradas por grandes operadores, junto con nuevas propuestas privadas , apuntan a construir una plataforma exportadora de largo plazo, algo que no se registraba desde hace d茅cadas en el pa铆s. En paralelo, la habilitaci贸n de permisos de exportaci贸n de gas a 30 a帽os y los cambios regulatorios orientados a normalizar los mercados mayoristas aparecen como se帽ales clave para atraer inversiones y facilitar decisiones de largo aliento. El coraz贸n de este proceso sigue siendo Vaca Muerta.
La meta que circula en el sector es ambiciosa: llevar la producci贸n de petr贸leo a 1,5 millones de barriles diarios y duplicar la de gas. Sin embargo, los propios actores de la industria advierten que alcanzar esos vol煤menes implica una exigencia log铆stica, industrial y laboral de gran magnitud. Las estimaciones incluyen millones de metros c煤bicos de 谩ridos, cemento y hormig贸n, varios millones de toneladas de acero y una red de ductos que podr铆a extenderse por decenas de miles de kil贸metros. En el pico de actividad, la exploraci贸n y producci贸n demandar铆an decenas de miles de trabajadores directos, mientras que la construcci贸n de infraestructura multiplicar铆a esa cifra.
Ese despliegue impacta de lleno en la cadena de valor. La industria se apoya en miles de empresas proveedoras, en su mayor铆a pymes, que concentran una parte sustancial del empleo y la facturaci贸n del sector. La capacidad de estas firmas para escalar, financiarse y adaptarse al nuevo ritmo ser谩 uno de los factores cr铆ticos del proceso. El principal cuello de botella aparece en el financiamiento. La magnitud de las inversiones requeridas excede largamente el ahorro local y obliga a competir por capital internacional en un contexto global cada vez m谩s exigente.
En ese escenario, el IAPG destac贸 la importancia de marcos como el R茅gimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), que ya permiti贸 avanzar con proyectos de infraestructura clave y se perfila como una herramienta central para sostener el ritmo inversor. No obstante, el contexto presenta riesgos. Los escenarios de precios internacionales m谩s bajos, la competencia con otros desarrollos no convencionales y los costos locales 鈥攁煤n superiores a los de cuencas como Permian鈥 obligan a extremar la eficiencia. Rigideces laborales, carga impositiva y costos de importaci贸n siguen siendo factores que condicionan la competitividad del shale argentino. El mensaje que dej贸 el IAPG es inequ铆voco. El potencial exportador del petr贸leo y el gas est谩 al alcance, pero requiere decisiones consistentes, reglas estables e infraestructura a la altura del desaf铆o. En un mercado global altamente competitivo, el tiempo se convierte en un activo estrat茅gico: demorar inversiones o definiciones implica resignar oportunidades que dif铆cilmente vuelvan a presentarse en la misma escala.
Fuente: ADN Sur
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