Eduardo Lifschitz, su Gerente General, detalla los planes de la compañÃa, que este año invertirá cerca de US$ millones.
Ya en el ingreso del edificio El Ombú –bautizado asà en honor al árbol homónimo que desde los jardines del inmueble funciona como centro de atracción de la construcción moderna, muy vidriada, diáfana y un tanto futurista– se percibe una atmósfera diferente. La sede central de Metrogas, la mayor distribuidora de gas de la Argentina, emplazada, casi escondida, en el barrio de Barracas, luce revitalizada por la creciente inversión, que motivó una intensa contratación de personal (se sumaron más de 200 empleados directos en los últimos dos años). Está claro que la empresa –que es controlada por YPF– retomó la iniciativa tras más de una década de estar a la defensiva por el congelamiento de tarifas residenciales.
Eduardo Lifschitz, su gerente general, admite que a raÃz de la no actualización de tarifas, Metrogas se fue concentrando fundamentalmente en garantizar la seguridad y confiabilidad de sus redes, postergando desembolsos destinadas a modernizar y ampliar la infraestructura. «Pese a todo lo que tuvimos que atravesar, nuestro principal objetivo siempre fue mantener la seguridad indelegable del servicio público de gas», afirma el ejecutivo, que lleva lleva 24 años en
la organización.
Como resultado de proceso de Revisión Tarifaria Integral, las tarifas comenzaron a actualizarse y los desafÃos cambiaron. Hubo que encarar una fuerte reestructuración interna para adaptarse al nuevo escenario. Ya no se trata sólo de «pasar el invierno» sino de mejorar y crecer para brindar servicios a más usuarios y con más calidad.
«Reinvertir para crecer, como decimos en nuestro slogan y eso implica salir de ese estado de situación y empezar a repensar los procesos y las estructuras internas para lograr la dinámica que hace falta para llegar a ese nivel de inversiones que necesitamos», remarca Lifschitz, un histórico dentro de la lÃnea gerencial de la compañÃa que en octubre del año pasado ascendió de director comercial a gerente general, cuando Marcelo Núñez abandonó la conducción de la distribuidora para desempeñarse como gerente de Gas de YPF. Asà fue como este ingenierio de la vieja guardia, al que le gusta tocar la guitarra y grabar canciones de rock en sus tiempos libres, quedó al frente en el momento de resurgimiento de la compañÃa.
El desafÃo no sólo involucra a los 1.450 empleados que Metrogas emplea en la actualidad de modo directo, sino también a sus contratistas, que son las que llevan adelante las obras en el terreno.
¿Cómo hacen con los contratistas? ¿Tienen que hacer un trabajo de capacitación y monitoreo?
Primero considerarlos socios estratégicos, empezar a sumarlos al barco y no tratarlos como contratistas. Son nuestros brazos para poder llevar adelante las obras de infraestructura que necesitamos. Ese fue un cambio de chip muy importante dentro de la compañÃa. Tuvimos conversaciones con aquellos contratistas que consideramos nuestros socios estratégicos, que casualmente son los que nos acompañaron en los malos momentos.
¿Cuántos contratistas tienen?
Mis contratistas core que tengo que utilizar en renovación de áreas probablemente sean 6 ó 7, que son los que nos van a estar acompañando muy fuertemente en lo que es renovación de redes, que se lleva el 75% de mis inversiones obligatorias.
¿75% se va a renovación de redes?
Es reemplazo de activos fÃsicos, caños y plantas reguladoras de presión y otro montón de Ãtems.
¿Y el resto a qué se destina?
Hay un 20% que es ampliación de redes y hay otro 5% que es modernización.
Metrogas posee actualmente unos 3.000 kilómetros de redes de baja presión que tienen entre 50 y 60 años de antigüedad en promedio y, si bien están dentro del perÃodo de utilidad técnica, van a empezar a ser reemplazados. El objetivo es sustituirlos por otros caños de media presión para mejorar la calidad y asegurar que hogares y comercios tengan la presión que necesiten.
¿Cuántos de los caños de baja presión se están reemplazando por media presión?
En este quinquenio el objetivo es reemplazar un tercio de la red de baja presión que todavÃa queda. Es el abandono de 1.100 kilómetros de redes de baja presión. Está todo en la zona de Capital Federal.
¿De los 3.000 Km de redes de baja tensión que tienen van a cambiar 1.100 Km de acá hasta el 2022?
Exactamente. Si no hay eventuales cortocircuitos en estos cinco años vamos a avanzar en esa dirección y en los cinco años que sigan vamos a estar renovando toda nuestra red de baja presión, antes de la finalización de la licencia.
Ustedes tienen una red extensa, pero en un territorio relativamente pequeño comparado con las distribuidoras del resto del paÃs, ¿qué exige esa configuración?
Tenemos al menos entre 10 y 20 frentes por cuadra, porque en cada una de las veredas hay una densidad poblacional muy alta en Capital Federal. Probablemente en una zona más alejada tengas 5 ó 6 frentes por cuadra. La diferencia es muy importante respecto de la densidad poblacional. Y si el usuario tiene un servicio de gas, lo más probable es que también tenga un servicio de telefonÃa, de fibra óptica y de electricidad, lo que complejiza las obras. Además, en Capital Federal está prohibido tener lÃneas aéreas eléctricas. Por lo cual, se nos presenta un desafÃo muy fuerte en cuanto al formato de renovación de la red y la interferencia de otros servicios.
En la Revisión Tarifaria Integral, Metrogas comprometió para el próximo quinquenio una inversión de unos $ 8.000 millones a precios de diciembre de 2016, cifra equivalente a unos u$s 520 millones, tomando como referencia la cotización actual de la divisa. (...)
Fuente: Econojournal
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