La aplicación de los impuestos a los combustibles, el Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y el Impuesto al Dióxido de Carbono (IDC) se han convertido en toda una bola de nieve en los últimos años. Por las leyes que regulan el sector desde el 2018, estos impuestos se deben actualizar cada trimestre reflejando la variación que haya tenido el Índice de Precios al Consumidor.

Sin embargo, primero por la pandemia y luego por lo complejo de aplicar todas las subas acumuladas, el gobierno ha ido postergando sistemáticamente las actualizaciones de estos impuestos ya que impactan automáticamente en el precio de los combustibles. Y esto ha hecho que todavía estén pendientes las modificaciones del segundo semestre del año pasado y de todo este año.

El 31 de agosto pasado, el gobierno emitió el decreto 561/22 que marcó por un lado la carga en el precio de los combustibles de la actualización de los impuestos que rigen para el sector del primer y segundo trimestre del 2021. Y en el mismo decreto fijó que las subas surgidas en la segunda mitad de ese año se debería cargar este 1 de enero.

Hoy, por medio del decreto 864/22 se volvió a postergar esa aplicación por un trimestre más, hasta el 1 de abril de 2023. El texto firmado por el Presidente de la Nación, Alberto Fernández, dispone: «Establécese que los incrementos en los montos de los impuestos que resulten de las actualizaciones correspondientes al tercer y cuarto trimestres calendario del año 2021 y al primer, segundo, tercer y cuarto trimestres calendario del año 2022, surtirán efectos para la nafta sin plomo, la nafta virgen y el gasoil, a partir del 1° de abril de 2023, inclusive».