
El precio del gas entregado a los hogares en junio se pesificó al valor del tipo de cambio del último dÃa de ese mes (1215 pesos), un 20% menos que el valor actual. Arbitraje contra Enarsa por intereses impagos.
La escalada del dólar —que el viernes cerró a $ 1515 en el techo de la banda pese a que el BCRA vendió US$ 678 millones en un dÃa y unos US$ 1100 millones en las últimas tres jornadas— disparó todas las alertas en la conducción de las empresas energéticas. En un sector que opera con precios y costos que se expresan mayoritariamente en moneda dura, un salto discreto de la divisa norteamericana trastoca el funcionamiento sistémico de la industria.
La presión sobre el precio de los combustibles es la derivada más visible de una crisis como este, pero el corrimiento del tipo de cambio acarrea también efectos múltiples para las compañÃas petroleras. Entre los productores de gas, por ejemplo, crece la preocupación porque la devaluación que se acentuó la última semana provocará una pérdida del valor real —expresado en dólares— del gas entregado en el invierno para cubrir la demanda residencial.
El precio del gas que las petroleras inyectaron para abastecer el pico de consumo domiciliario de los meses junio, julio y agosto, el trimestre más frÃo del año, se pesifica al tipo de cambio del último dÃa del mes en que se entregó el fluido y se paga 65 dÃas después de ese plazo. Eso es lo que establecen los contratos firmados por el Estado con los productores —YPF, TotalEnergies, Tecpetrol, PAE, Pampa, Pluspetrol, Harbour Energy y CGC, entre otros— bajo el paraguas del Plan Gas, aunque en la práctica el plazo de pago tiende a dilatarse porque el Palacio de Hacienda suele pisar las transferencias en favor de los privados.
Costo financiero
Lo que está claro es que la devaluación en curso implicará que las petroleras deban asumir un costo financiero aún incierto. Para graficar la situación con un ejemplo: el 5 de septiembre la estatal Enarsa tendrÃa que haber pagado la totalidad del gas entregado por los productores en junio, pero sólo abono entre un 15% y un 20% de esa obligaciones.
El precio de ese gas de junio —que está expresado en dólares en los contratos del Plan Gas— se pesificó a un tipo de cambio de $ 1215, la cotización del dólar oficial del 30 de ese mes. Es decir que desde ese momento, el saldo remanente a cobrar por los privados se desvalorizó en un 20 por ciento.
La situación es compleja, a su vez, por una serie de agravantes. Enarsa se encarga de pagar a las petroleras el gas que entregan a las distribuidoras. En rigor, la empresa estatal paga la diferencia, en invierno cercana al 50%, que existe entre el precio del gas en boca de pozo incluido en las tarifas residenciales y el precio del gas que figura en los contratos del Plan Gas, que no prevé ningún seguro cambiario. El riesgo financiero contra un salto devaluatorio recae directamente sobre las petroleras.
Fuente: Econojournal
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