La tarifa de gas aumentará un 29% promedio, que se aplicará en tres cuotas a partir de abril, según informaron ayer fuentes del Gobierno.

El aumento quedará plasmado en distintas resoluciones que se publicarían el lunes.

Aunque -como adelantó El Cronista- las empresas transportistas y distribuidoras de gas cobrarán el total de ese 29% desde abril, los usuarios residenciales verán moderados los cuadros tarifarios. La actualización corresponde a los ingresos de la cadena del gas por prestar un servicio público regulado, más los costos de abastecimiento de la materia prima (que va a las cuentas de las petroleras).

Así, con base en las presentes tarifas, en abril los hogares pagarán 10% más y en mayo 20% más. El resultante será un 9,1% de aumento mensual.

En junio será la última suba, con la cual acumulará 29% respecto a marzo (7,5% en relación a mayo), pero como entra en vigencia la tarifa plana que el Gobierno acordó con el radicalismo, los hogares abonarán la misma tarifa que hasta este momento.

El esquema que implementa el Gobierno tendrá un costo fiscal de $ 4500 millones (unos u$s 100 millones), que irán en forma de subsidios a las empresas: $ 2000 millones por la división en tres cuotas del aumento y $ 2500 millones para pagar los intereses de la tarifa plana, que el Estado desembolsará mensualmente a las gasíferas.

Todavía no está claro con qué tasa de referencia se contarán los intereses, aunque se estima que será la Badlar + un plus.

Tampoco las empresas tienen claro si podrán acceder a créditos a tasas razonables para hacer frente a sus obligaciones en esos meses.

Lo que sí celebran las gasíferas es que el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) le reconocerá la inflación mayorista de 26% acumulada entre septiembre de 2018 y febrero de este año, que llevó al alza sus costos.

La tarifa plana tendrá una duración de cuatro meses, entre junio y septiembre, y se implementa para que los usuarios residenciales no vean un aumento exponencial en sus facturas, teniendo en cuenta el alza de tarifas y el incremento en el consumo típico de los meses de invierno, cuando la demanda de gas salta hasta cinco veces en relación al verano.

El objetivo, además, es no caldear los ánimos de la clase media en la previa a las elecciones presidenciales.

La misma medida se aplicó con éxito en 2017, antes de los comicios legislativos.

Recién en octubre los hogares verán reflejados en sus consumos (que pagarán en noviembre) el 29% de aumento promedio en todo el país.

Además, la tarifa plana que se aplicará en los cuatro meses que van de junio a septiembre se pagarán en los cuatro meses que van de diciembre a marzo de 2020.

Por otro lado, el Gobierno aseguró que a partir de julio las facturas por el consumo de gas serán mensuales y ya no bimestrales (que tenían dos cupones).

Las compañías del sector enviarán las primeras boletas con los consumos de junio.

La medida, según explicaron, ayudará a acortar los plazos de pago de la cadena. De acuerdo con la nueva reglamentación, las distribuidoras tienen que pagar a 65 días a las productoras el gas que entregan a los hogares, en lugar de 75 días, como antes.