El Gobierno les autorizó a las empresas un incremento del 9% luego de más de dos años con tarifas congeladas; con ingresos que no alcanzan para cubrir los gastos, requieren de ayuda estatal Desde que el ministro de EconomÃa, MartÃn Guzmán, intentó sin suerte echar a su subsecretario de EnergÃa Eléctrica, Federico Basualdo, que el sector energético se convirtió en un tema tabú en el Gobierno.
Ni siquiera se pudo avanzar en un proyecto de ley que en el oficialismo consideran estratégico, como la Promoción de Inversiones HidrocarburÃferas para incentivar la producción de gas y petróleo, pese a que hace 14 dÃas se informó que habÃan finalizado el diseño de la norma y que solo faltaba la presentación oficial del Presidente. Cuando faltan menos de 15 dÃas para conocer el proyecto de Presupuesto para el año próximo, la atención se empieza a centrar en las tarifas de gas y electricidad y el monto que el ministro le asignará al gasto en subsidios.
Para este año, Guzmán habÃa proyectado mantener constantes los subsidios en 1,7% del PBI respecto de 2020, pero los analistas en energÃa consideran que finalizarán más cerca al 2% del producto. Un tema que se desprende de este gasto es la situación de Edenor y Edesur, las únicas dos distribuidoras que son reguladas por el Estado Nacional (el resto de las compañÃas están a cargo de las provincias).
Esta diferencia no menor significa que la SecretarÃa de EnergÃa, a través de ENRE, decide los aumentos de precios. Esto explica por qué en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA), donde tienen concesión Edenor y Edesur, los incrementos de tarifas fueron tan solo del 9%, mientras que en el interior hubo aumentos de hasta 35%. En las tarifas de gas no sucede esta distorsión, ya que todas las distribuidoras dependen del Estado Nacional y son reguladas por el Enargas. Solo reciben menos tarifa las localidades alcanzadas por los subsidios de Zonas FrÃas, que recientemente el Congreso amplió. Por eso en todo el paÃs hubo un aumento igual del 6%.
La particular situación de Edenor y Edesur, sin embargo, abrió otro problema en el Gobierno. El año pasado, el Ministerio de EconomÃa habÃa incorporado en el Presupuesto la posibilidad de que las distribuidoras de electricidad regularicen su deuda con Cammesa, la compañÃa con control estatal encargada del despacho de energÃa eléctrica. Cammesa le envÃa a las distribuidoras el costo de generación eléctrica con un subsidio de alrededor del 65%. Cada empresa deberÃa trasladarle ese precio a los usuarios y enviarle a Cammesa lo que recauda. (...)
Fuente: La Nación
557 lecturas | Ver más notas de la sección Actualidad