Aunque la primera línea del Frente de Todos aún no decidió cuál será la política tarifaria para los servicios públicos en 2022, por lo que todavía es temprano para saber qué pasará con las boletas de gas y electricidad durante el año que viene, el interventor del Enargas, Federico Bernal, sigue negociando —en forma independiente sin articulación con el Ministerio de Economía y la Secretaría de Energía— con las empresas del segmento regulado una suba de las tarifas a implementarse el próximo 1° de marzo. Bernal, que llegó a la conducción del ente regulador en marzo de 2020 a partir de su buena relación con al vicepresidenta Cristina Kirchner, encaró en las últimas dos semanas una ronda de conversaciones con distribuidoras y transportistas para establecer cuánto se incrementará el componente regulado de las tarifas de gas durante el primer trimestre del año que viene.
A las primeras les ofreció un aumento del 31% a aplicarse sobre el margen de distribución, es decir, sobre los ingresos brutos de las empresas distribuidoras, tal como informó EconoJournal la semana pasada. Esa suba del margen implica una suba en la factura final que pagan los usuarios residenciales del orden del 10 por ciento. Esta semana Bernal avanzó en la negociación con las dos transportistas de gas del país, TGN y TGS, con las que el año pasado mantuvo una relación conflictiva debido a la decisión unilateral del interventor de dejar congelada las tarifas que cobran ambas compañías.
A diferencia de lo que sucedió con Metrogas, Camuzzi, Naturgy y el resto de las distribuidoras, que pudieron incrementar sus ingresos un 24% en 2021, la remuneración de TGN y TGS se mantuvo congelada en los últimos dos años (aumentó por última vez en marzo de 2019). Oferta Para enderezar esa relación, y asumiendo que no hay argumentos técnicos para seguir extendiendo el congelamiento durante 2022, Bernal propuso a las transportistas una suba del 55% en sus ingresos a partir del 1° de marzo.
Como el peso del cargo de transporte en la factura es inferior al del margen de distribución y al del precio del gas en boca de pozo (la variable que más incide en lo que terminan pagando los consumidores), el impacto final de esa suba en la boleta que llega a los hogares no llegará al 5 por ciento. “Primero ofreció (Bernal) un 45% y luego fue subiendo. Hoy está en 55%”, reconoció un alto directivo del sector gasífero, que pidió la reserva de nombre. “Intentaremos lograr que Bernal se comprometa, aunque sea informalmente, a discutir un nuevo aumento de tarifas para agosto o septiembre de 2022”, agregó.
Fuente: Econojournal
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