En las últimas semanas, la obra alcanzó un hito técnico central con la finalización de la última soldadura automática en línea regular de los renglones 1 y 2 del oleoducto, un avance importante dentro del trazado que conectará la producción no convencional de Vaca Muerta con la costa atlántica de Río Negro. 

La infraestructura permitirá transportar crudo producido en Vaca Muerta desde la Cuenca Neuquina hasta una nueva terminal marítima en construcción, pensada para ampliar la capacidad exportadora del país. La obra está a cargo de la UTE conformada por Techint y Sacde, que viene ejecutando los trabajos desde hace meses en distintos frentes simultáneos. La finalización de esta fase técnica se concretó luego de cinco meses de trabajo continuo, con una intensa planificación logística y un fuerte despliegue de personal especializado. 

El punto donde se completó la última soldadura fue Sierra Grande, una localidad rionegrina que se transformó en uno de los nodos estratégicos del recorrido del oleoducto de más de 430 kilómetros. Dentro de la obra, la coordinación de equipos, el manejo de grandes volúmenes de materiales y la aplicación de tecnología de última generación fueron aspectos centrales. Walter Silva, responsable de supervisar el área de soldadura, expresó: “Uno de los mayores desafíos fue coordinar la logística para construir los 437 km de ducto. 

Estar a cargo de un equipo de 140 personas fue sumamente exigente, pero el profesionalismo y el trabajo en equipo hicieron posible cumplir el objetivo. Me queda la satisfacción de saber que hicimos un gran trabajo”. En el plano operativo, el trabajo en campo fue sostenido por capataces y técnicos que garantizaron la continuidad del proyecto incluso en contextos climáticos y logísticos complejos. Franco Torres, a cargo de uno de los equipos de terreno, destacó: “Es gratificante poder completar este gran desafío que hemos tenido, hemos podido avanzar sin ningún problema, afianzarnos en la forma de trabajar”. 

A su vez, Julián Achaval, desde el área de prevención MASS, siguió de cerca la integración de equipos de distintas regiones del país y del exterior.“Se mezclaron distintas culturas, ya sea regional o de otros países, y fue un desafío bastante importante, lleno de lecciones aprendidas”, aseveró. Vaca Muerta Oil Sur se desarrolla en dos grandes tramos y llegó a movilizar a más de 1.500 personas, con tres campamentos instalados a lo largo del recorrido. Además, se ejecutaron 76 cruces especiales sobre rutas y cursos de agua, una tarea que demandó precisión técnica y coordinación con distintos organismos.